miércoles, 10 de diciembre de 2008

IMAGINACIÓN, EQUIDAD Y RESILENCIA


Elasticidad es la capacidad de un ecosistema de "resistir" un disturbio, perturbación o impacto ambiental, manteniendo su funcionamiento y estructura relativamente iguales al momento antes de los disturbios. Por otro lado la resiliencia ecológica (la resiliencia es un concepto tomado de la ingeniería y de psicología) es la capacidad de un sistema para retornar a las condiciones previas a la perturbación. Por ejemplo, cuando hacemos un manejo de vegetación silvestre como la poda, el ecosistema mantiene sus funciones y estructura relativamente iguales.Por otro lado cuando se incendia un bosque y en un largo plazo a pesar de esto, este se recupera estamos hablando de resiliencia.

Frente a la evidente crisis ambiental, cuyas manifestaciones apreciamos con mayor nitidez cada día que pasa con los diferentes desequilibrios ambientales entre los cuales se destacan terremotos, huracanes, lluvias excesivas en zonas donde la lluvia era escasa para mencionar algunas pocas, han encendido las alarmas para que nos preocupemos y empecemos a imaginar lo que podría suceder sino tomamos mediadas preventivas con el planetas; este clama a gritos una mediación pronta para que no lo sigan devastando en todos los recursos y pasibilidades de vida que le brida a los seres vivos con la esperanza de seguir ofreciendo esperanzas de vida a futuras generaciones y hacer de la presente una mejor.

Para ahondar en la comprensión de los fenómenos que vivimos como asimismo para profundizar preocupación por la magnitud y profundidad de ellos basta con hacer un recuento en la historia de los siniestros ambientales naturales y podremos concluir que eventos que sucedían cada una, dos o más décadas hoy en día ocurren en un parpadeo; lo anterior nos proporciona claras evidencia de que algo esta sucediendo en el planeta y que esto es tan solo el principio de un largo final en el cual los únicos actores que van a recibir la cuenta de cobro a todo el daño causado al planeta seremos nosotros los seres vivos responsables y consecuentes de que el daño que hoy hacemos al planeta mañana lo veremos o quizás ya empezamos a vivirlo.

Que necesitamos para vivir en un planeta que nos brida de todo un poco, hablando de lo necesario para vivir en armonía con él; pero el amor al lucro ha envilecido a los hombres centrándose en filosofías como el fin justifica los medios convenciéndose ellos mismos de que el uso y abuso de los recursos del planeta son la base de sus enriquecimiento olvidándose de que los recursos son finitos;¿será que el fin del `planeta justificara la riqueza adquirida a través de este?¿será que todo el dinero del mundo alcanzara para restablecer el aire que hoy todavía respiramos? ¿será que el dinero de estas personas alcanzara para satisfacer las necesidades de agua cuando esta deje de existir libremente? Son algunas de los interrogantes que me atrevo a formular.

Desde este preciso momento debemos iniciar un viaje hacia la sostenibilidad, con un destino principal que debe ser que puedo hacer como persona conciente “de lo que se avecina en cuestión de desequilibrio ecológica” por empezar a remediar lo que muchos desalmados has hecho al planeta; buscando la orientación desde los orígenes desarrollo sostenible hacia un cambio necesario que cuestione la errónea creencia en la autosuficiencia del mercado y la tecnología para sacarnos de la crisis.

Para la sostenibilidad el enfoque sistémico, la viabilidad ecológica, la equidad, la visión global, la endogenidad y la integración de los procesos de desarrollo se Introduce una esperanza para futuro con posibilidades de vida para las especies; tenemos que adquirir conciencia de lo que hoy esta sucediendo, esta no se copia ni se aprende, se adquiere enterándose y observando los diferentes desastres ambientales que acontecen, sólo basta con observar un noticiero y la noticia mas abundante después de la económica son los desastres ambientales; pero tristemente solo nos detenemos a mirar el precio de las diferentes monedas, los conflictos bélicos pero cuando nos hablan del ecosistema corremos trasladar el canal o simplemente distraemos nuestra atención y no prestamos atención.

Será por que pensamos que el planeta no se va acabar o come m un cuento de seria animada lo reconstruiremos a través de unas esferas mágicas, hay que sembrar una educación ambiental con fines para la vida del planeta y de la especies; educación que debe estar centrada a través el currículo de la escuela y desde los diferentes ministerios de educación y medio ambiente.

Debemos acomodar nuestro ritmo de vida a los tiempos de la naturaleza, recordando que somos naturaleza y que dependemos de ella hasta el punto es que todo lo que realicemos en contra o favor de sus recursos y de las posibilidades de vida nos será revertido a corto mediano y largo plazo; es como si existiese en la naturaleza la ley de compensación natural, “bueno esto lo dejo a juicio de cada uno de ustedes que tengan la posibilidad de leer este resumen.

Por tal razón el desarrollo sostenible no es una meta a la que llegar sino una forma de viajar; pero en este viaje sólo debemos equiparnos de lo necesario, no llevar sobre equipaje por que de lo contrario no lo soportaríamos al caminar; es decir que sólo debemos hacer uso racional de los recurso sin caer en desmanes y desenfrenos hacia el consumo de estos, de lo contrario nuestra existencia se vería comprometida a largo plazo.

El equipaje al cual me refiero habla de lo necesario para el viaje hacia la sostenibilidad es decir, hacer uso de las recursos de manera medida dándole la oportunidad a la naturaleza de recuperarse o de producir lo que hemos consumido, pero no basta con escribirlo y que quede ahí, más bien vale la pena ponerlo en practica y llevarlo a la realidad, la cual en un futuro nos compete a nosotros y a nuestros descendientes.

Lo anterior lleva a pensar y a tener nuevas preguntas, utopías, un nuevo imaginario social y el principio de esperanza, entre varios otros donde el mayor interrogante es si todo esto podrá en un futuro hacerse realidad o si es solo una utopía para los devastadores del medio ambiente y una posible realidad para los que se han concientizado del futuro que nos espera si no colocamos un freno al avasallador consumo de los recursos por unos pocos.
"Así, el efecto mariposa de la imaginación puede mover montañas, unido al efecto mariposa de la solidaridad, de la compasión, de la inteligencia, de la equidad… Todos ellos están actuando ya en millones de pequeños microcosmos… Se trata de una fuerza imparable a favor del cambio: una fuerza que se desenvuelve mediante redes, sinergias, complicidades entre unos y otros grupos...para hacer de este planeta cálido un lugar donde el amor no despierte amenazado…"
Lo anterior nos va a permitir racionar y entender que todo lo que hacemos tiene una repercusión que puede ser benéfica o destructiva; por tal razón cualquier atropello que cometamos al medio ambiente este se verá reflejado no solo en mi contexto u escenario vivencial ,laboral etc, por lo contrario afectará a multitud de personas en todas partes del mundo, lo que conlleva a pensar que la suma de esos pequeños incidentes ambientales que cada uno de nosotros cometemos se vera reflejado en un gran resultado funesto sobre todas las criatura s vivientes del planeta como podría ser el agotamiento del oxigeno el derretimiento de los polos, y la desaparición del agua.
Desde esta perspectiva se comprende la necesidad de que la planificación, el manejo, y la solución de los problemas y las situaciones ambientales cambien hacia el uso de herramientas apropiadas a su carácter. Para lograrlo es necesario consolidar y adoptar formas de pensamiento y de acción adecuadas a la complejidad de lo ambiental y a la conciencia sobre los límites de la naturaleza. Es decir llevar a cabo una transformación cultural exigente y profunda porque supone dar espacio a la curiosidad, liberar la imaginación y la creatividad, pensar con flexibilidad y aceptar la gradualidad en los resultados.


Al igual que los demás organismos, las sociedades humanas modifican el ambiente en que viven. La presión que ejercen sobre el planeta y sus recursos ha venido incrementándose a lo largo de la historia con el crecimiento demográfico, con los usos y costumbres y con el avance tecnológico. A partir de la revolución industrial, y cada vez con mayor intensidad, esta presión ha crecido propulsada por la generalización de patrones de consumo insostenibles, y por valores, metas e ideales sobre la calidad de la vida y sobre el éxito, asociados con niveles de bienestar inalcanzables, por imposibilidad física, para la mayoría de la población mundial.

En realidad, el impacto de la acción humana es de tal magnitud en este momento por su escala y velocidad, que ha producido una situación sin antecedentes en la historia, que es la de alterar el planeta aún más rápidamente que lo que logramos entenderlo. Patrones e ideales provenientes de los países del Norte, que se alcanzaron a través de la apropiación unilateral de los recursos globales y la preponderancia del "capitalismo salvaje" como modelo de desarrollo, acelerarán las demandas por recursos y servicios ambientales haciéndolas cada vez más insostenibles.

Sería posible hacer un listado casi interminable de los efectos negativos del modelo económico dominante sobre el planeta y el funcionamiento de sus ecosistemas, pero no se trata de ello ni de revivir una postura ya superada en defensa a ultranza de la naturaleza. Vale la pena dar un ejemplo ilustrativo de estos efectos, tomando el caso del agua por su importancia vital.

Debido al crecimiento demográfico y al aumento del consumo impulsado por los patrones de uso del recurso, la población que carecerá de una cantidad “adecuada” de agua se multiplicará por 7 entre 1990 y 2025, año en el cual 3000 millones de personas vivirán en países con algún grado de escasez de agua.


Este aumento en la presión sobre la disponibilidad de agua se incrementará tan fuertemente en las próximas décadas que dará origen a situaciones de conflicto entre países que comparten cuencas hidrográficas como puede ser el caso del Nilo, cuya cuenca se reparte entre nueve países con necesidades crecientes por el recurso, o las de los ríos Tigris y Eúfrates compartidas por Turquía, Siria e Irak, que requieren ampliar su disponibilidad de agua agregando un elemento explosivo a la difícil situación existente.

La sostenibilidad es uno de esos conceptos que todo el mundo acepta pues se entiende como algo bueno y deseable. Más aún, en un momento en que todo parece estar cambiando, la sostenibilidad resulta algo estable y atractivo. Por estas razones el concepto se ha vuelto muy popular y está presente prácticamente en todas las propuestas de políticas y programas tanto públicos como privados. Pero al igual que otros ideales abstractos como la justicia, la paz o la verdad, su definición no es asunto fácil ya que por su naturaleza compleja y la carga ideológica que conlleva, puede variar mucho entre culturas y aún entre individuos. Precisamente la amplitud del concepto, es una razón para su popularidad.

La preocupación por el tamaño de la huella ecológica de nuestra civilización y su rápido crecimiento han conducido a que se plantee la posibilidad de reducir el consumo de materia y energía por unidad de producción, para satisfacer las necesidades de la oblación de una manera menos agresiva con la naturaleza. Los sistemas industriales transforman los recursos naturales en alimentos, ropa, medicamentos, materiales de construcción y en general los bienes de consumo y de capital que conforman el bagaje material que define nuestra forma de vivir. Además, la mayoría de estos productos y los residuos de su fabricación y uso retornan al ambiente, creando flujos de materia y de energía que requieren de espacio y de los servicios ambientales de recuperación y de auto depuración.










WILMAR GRISALES GONZALES

P: 72234541






Maracaibo, noviembre 2008

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