A partir de las siguientes
lecturas éste se abordara el concepto de
currículo desde la perspectiva de los
diferentes autores que a lo largo de la historia de la educación han permitido
ir forjando una concepción acerca de
éste tema tan importante en el ámbito educativo.
Son muchos los conceptos dados para el término a lo largo de la historia
y que han tenido influencia en los
procesos educativos llevados a cabo por las diferentes sociedades de todos los tiempos.
Currículo proviene de la palabra latina
curre que hace referencia a carrera o camino que debe realizarse, a un recorrido que debe
ser realizado, que está en curso, en
proceso y en evolución. Es decir, el término proviene de tiempos muy
antiguos en la Grecia de Platón y
Aristóteles, sin embargo, éste entra de lleno al lenguaje de la psicología y la pedagogía cuando la
escolarización se empieza a convertir en una
actividad de grandes masas.
La Real Academia Española, define el currículum como carrera de vida,
relación a los títulos, honores, cargos,
trabajos realizados, datos bibliográficos etc. Que califican a una persona.
En términos de educación, el currículum, cobra cada vez más importancia
por la necesidad de establecer debate
acerca del tema cuando se trata de hacer referencia a los procesos educativos, por este motivo la bibliografía
en relación al tema es abundante. El
currículum puede ser considerado como una selección pedagógica de la cultura. Está compuesto por un gran número de
elementos que inciden en la forma como
se lleva a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es una
posibilidad permanente de reflexión
sobre la acción educativa y sobre lo que ocurre en cada contexto pedagógico.
Hace algún tiempo se consideraba el currículo como un instrumento que
definía los contenidos que debían
enseñarse en la escuela, sin embargo, era notorio que existían dificultades a la hora de poner en práctica
la enseñanza de los temas y que era
necesario reflexionar acerca de la manera como habían de aplicarse los
procesos formativos, esto dio origen a
cuestionamientos que han ido definiendo la naturaleza del currículo.(cf. USTA Maestría en Educación,
2006, pp. 5-6)
Según Stenhouse (cf.1998, pp.9-39), se podría definir currículo como el
conjunto de competencias básicas,
objetivos, contenidos, criterios metodológicos y de evaluación que los estudiantes deben alcanzar en un
determinado nivel educativo. De modo
general, el currículum responde a las preguntas ¿qué enseñar?, ¿cómo
enseñar?, ¿cuándo enseñar? y ¿qué, cómo
y cuándo evaluar? El currículo, en el sentido
educativo, es el diseño que permite planificar las actividades
académicas. Mediante la construcción
curricular la institución plasma su concepción de educación. De esta manera, el currículo permite la previsión de
las cosas que hemos de hacer para
posibilitar la formación de los educandos. El concepto currículo o
currículum (término del latín, con
acento por estar aceptado en español) en la actualidad ya no se refiere sólo a la estructura formal de los planes y
programas de estudio; sino a todo aquello
que está en juego tanto en el aula como en la escuela.
Stenhouse (cf. USTA Maestría en Educación, 2006, pp. 1-17) define el
currículo como un instrumento potente e
inmediato para la transformación de la enseñanza, porque es una fecunda guía
para el profesor; el afirma que las ideas pedagógicas se presentan como más importantes
para la identidad personal y profesional del profesor que como algo útil para
su actividad práctica. Esta premisa explica la separación entre teoría y
práctica, y entre investigación y acción. En éste sentido, se determina la
existencia de una diferencia bastante amplia entre el currículo que se propone
y el que se ejecuta.
El currículo debe expresar claramente lo que se espera del proceso
educativo mediante la definición concreta de criterios y métodos que permitan
llegar a un camino formativo en el que el profesor desarrolle habilidades para
implementar el proceso formativo deseado; por lo anterior el currículo y el
profesor actúan unidos para concretar un
proyecto formativo.
El modelo curricular que propone
Stenhouse está basado en un proceso que comprende ciertos elementos básicos:
Ø
Respeto a la naturaleza del conocimiento y la
metodología
Ø
Consideración con el proceso de aprendizaje
Ø
Enfoque coherente al proceso de enseñanza.
Para Stenhouse, lograr un mejoramiento en la enseñanza no es el
resultado de los intentos de mejorar el aprendizaje sino por el contrario, es
el resultado de las mejoras que hace el profesor en el ejercicio de la
enseñanza. El currículo justamente capacita para probar ideas en la práctica;
así el profesor se convierte en un investigador de su propia experiencia de
enseñanza.
Teniendo en cuenta que el docente es quien lleva a la práctica la
intencionalidad del currículo mediante
la ejecución del arte de enseñar, debería contar con autonomía y libertad para desarrollar su trabajo siempre
y cuando tenga claro los propósitos del proyecto curricular y se guíe por los
conocimientos; así, tanto propósitos como conocimientos se articulan para dar
paso a lo que se conoce como investigación – acción. La investigación es el
potencial del educando, la preocupación del mismo, su colaboración y el
perfeccionamiento de su potencial, mientras que la acción es la actividad
realizada en acorde con lo teórico para desarrollar el potencial del educando.
Stenhouse presenta también problemas entre lo teórico y lo práctico: la
metodología a utilizar y el percibir, comprender y describir lo que sucede en
realidad en la escuela y en el aula.
Actualmente, la definición de currículo no se ha apartado del legado
cultural que se quiere enseñar, sino a partir de lo que se piensa que deben
aprender los alumnos para vivir en su mundo. De este modo se da cabida y se
hace hincapié en la adquisición de destrezas por parte de los alumnos y no solo
de disciplinas.
Los temas curriculares presentan diferentes niveles de generalidad. En
el sistema educativo se plantea problemas curriculares generales macro
curriculares referido a la estructura de todo el currículum en su conjunto,
dentro de las perspectivas globales se incluyen programas micro curriculares
relacionados con cada materia o asignatura en particular. En este sentido se
concibe el currículo como una actividad consistente en dar la forma a la
cultura escolar a través de su organización en áreas de sus contenidos,
metodologías y recursos o evaluación. Explica y mejora la práctica de la
enseñanza o aprendizaje. No es estática sino cambiante y analizable en fases y
etapas.
Según Bobbit, el currículo se define como un conjunto de habilidades que
permitían a los alumnos adaptarse a la
vida de adultos en la sociedad. La idea planteada por Bobbit es semejante a la expuesta por Tyler: “¿Cómo
se desarrolla un sentimiento autentico
de pertenencia a un grupo social, sea este grande o pequeño? Solo parece
tener éxito un método y es pensar,
sentir y actuar con el grupo como una parte de él, cuando este realiza sus actividades y se esfuerza por
alcanzar sus fines” (Bobbit, citado por Apple,
1986,95). Con base en el planteamiento hecho por Bobbit podría decirse
que el currículo permite de algún modo
estandarizar la cultura de una determinada sociedad con el fin de incrementar el sentido de
pertenencia y de éste modo asegurar la
continuación de los valores culturales de la misma.
Para Tyler (1973), existe un trasfondo que surge producto de las
actividades educativas que es inherente a los procesos ya planificados y que se
denomina currículo. De esta manera señala que el currículo como 'proceso'
abarca no solo lo encaminado a crear un 'plan de enseñanza' sino los procesos
reales de enseñanza. Al respecto, Taba (1976), entiende el currículum como la
especificación de las estrategias metodológicas que se siguen para lograr los
aprendizajes pretendidos. El currículo comprende entonces, los propósitos que guían
la acción, así como la acción misma. Esto quiere decir, que el análisis
adecuado del currículo ha de extenderse desde un extremo prescriptivo a otro
propiamente interactivo.
Esta es la posición que en definitiva adopta Stenhouse (1985), cuando
afirma : “nos encontramos, al parecer, ante dos puntos de vista diferentes
acerca del currículo. Por una parte, es considerado como una intención, un
plan, o una prescripción, una idea acerca de lo que desearíamos que sucediese
en la institución. Por otra parte, se le conceptúa como el estado de cosas
existentes en ella, lo que de hecho sucede en la misma...”. Continua diciendo
Stenhouse “me parece esencial que el estudio del currículo se interese por la
relación entre sus dos acepciones: como intención y como realidad”.
En estas condiciones es importante precisar, que Stenhouse define el
currículo como un “intento de comunicar los principios esenciales de una
propuesta educativa de tal forma que queda abierta al escrutinio critico y
pueda ser traducida efectivamente a la práctica”. De esta manera, el currículo
seria un tipo especial de puente entre los principios y la práctica educativa y
las actividades para relacionar conscientemente a ambos, así como para revisar
los vínculos entre ellos con un sentido crítico. Stenhouse sostiene que un
currículo es una tentativa para comunicar los principios y rasgos esenciales de
propósito educativo, de forma tal, que permanezca abierto a discusiones
críticas que puedan ser trasladados efectivamente a la práctica.
En este
sentido, el currículo es una construcción cultural, es una forma de organizar
un conjunto de prácticas educativas. Grundy (1994), distingue el enfoque
conceptual y el enfoque cultural. El enfoque conceptual corresponde al trabajo
de un delineante respecto al proyecto de una casa, quien partiendo del concepto
de vivienda y de las normas vigentes sobre estructuras y especificaciones,
elabora unos planos que darán piso y fundamento a la vivienda. Pero los
habitantes que allí moran imprimen su sello personal, sus costumbres, es decir,
como una parte de la vida y de las experiencias de sus ocupantes. La misma
autora dice: “Hablar del currículum constituye otra manera de hablar de las
practicas educativas de determinadas instituciones”. Esto significa que hemos
de buscar el currículum, no es la estantería del profesor, sino en las acciones
de las personas inmersas en la educación: estudiantes, profesores, directivos,
padres, etc. (...) es decir, pensar en el currículum es pensar cómo actúa e
interactúa un grupo de personas en ciertas situaciones. No es describir y
analizar un elemento que existe aparte de la interacción humana. “El currículum
no es un concepto, sino una construcción cultural”. Grundy (1994)
Para Sacristán “El currículum es un ámbito de interacción donde se
entrecruzan procesos, agentes y ámbitos diversos que, en un verdadero y
complejo proceso social, dan significado practico y real al mismo. Solo en el
marco de todas estas interacciones podemos llegar a captar su valor real, y por
lo que es imprescindible un enfoque procesual para entender la dinámica que
presta significado y valores específicos a un currículum en concreto (...) ¿Qué
es el currículum real en la práctica, lo que resulta de esas interacciones?”.
Sacristán (1988).
EL
CURRICULO EN COLOMBIA
Para la legislación colombiana según el artículo 76 de la ley general de
educación, se define el currículo como el conjunto de criterios, planes de
estudio, programas, metodologías y procesos que contribuyen a la formación
integral y a las construcción de la identidad cultural racional, regional y
local, incluyendo también los recursos humanos, académicos y físicos para poner
en práctica las políticas y llevar a cabo el Proyecto Educativo Institucional.
De esta forma la ley introduce la teoría curricular, en el sistema
educativo, lo cual supone importantes cambios con respecto a lo que se
estableció, en cuanto a planes de estudio y programaciones de áreas. Se plantea
la necesidad de rescatar nuestra identidad cultural a partir del diseño de
currículos que tomen los aspectos más relevantes de nuestra cultura para hacer
de ellos un hábito positivo que contribuya al desarrollo social, para ello los
currículos deben estar concebidos desde las características de una realidad
concreta para todo su desarrollo, desde la escuela, para que responda a las
necesidades más sentidas de aquella comunidad local, lo mismo que, debe ser tan
significativo ese proyecto educativo, que integra incidencia en el ámbito
regional y nacional provocando verdaderos cambios al nivel humano, social y
cultural.
La ley general de educación, muestra que el currículo debe ser flexible
y abierto, que favorezca el dialogo, permita mayor desarrollo de las
diferencias y de los intereses individuales, intentando contrarrestar la
excesiva rigidez de la escuela y fomentando valores tales como la tolerancia.
Así entre el sistema escolar y los valores culturales se da una relación de
interdependencia en el campo educativo hay correspondencia de movimientos
pedagógicos y en el sistema escolar se aplica la teoría cultural, pedagógica,
el currículo común es el depósito de la cultura fundamental para todos, que
tiene que centrarse en competencias generales.
La ley de
educación española en su artículo 4 dice: “A los efectos de lo dispuesto
en esta ley, se entiende por currículo
el conjunto de objetos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de
evaluación de cada uno de los niveles, etapas, ciclos, grados y modalidades del
sistema educativo que regulan la práctica docente”.
Esta
misma ley declara que la educación propiciara la identidad que debe conectar
con la cultura moderna sin suponer nunca ruptura sino profundización,
comprensión y apertura a otros medios culturales. La tolerancia y solidaridad, son
la base del inter culturalismo y proporcionan actitudes favorables a la
convivencia intercultural.(cf. USTA Maestría en Educación, 2006, pp. 7-8)
Con base
en lo expresado anteriormente, el currículo es una parte del mundo social y
cultural que se manifiesta tanto en lo teórico como en la práctica del proceso
educativo, desde la planeación hasta la ejecución del mismo. Se sabe que las
prácticas educativas y el currículo suponen un enfoque pedagógico, filosófico y
sicológico donde se habla de una concepción del hombre, del mundo y de saberes. El currículo tampoco
existe aparte de las creencias sobre las personas y sobre la forman como se
relacionan entre sí y con la realidad, es decir que el currículo no está exento
de ser abordado desde la ideología y desde los intereses constitutivos del
conocimiento. Tales intereses están inmersos en el enfoque pedagógico que
alumbra la práctica curricular.
Hasta
aquí ha podido observarse que el concepto de currículo abarca un gran número de
elementos que interactúan entre sí de
tal modo que es difícil delimitarlos para dar una definición concreta o
específica; de otra parte el currículo sigue siendo un tema de discusión sobre
el que cada vez se hacen nuevos aportes y se plantean nuevas preguntas. El
concepto que se adopte depende de la relación que se establece entre currículo
y realidad.
Dentro de
esta perspectiva, Kemmis (1988) plantea que el problema central de la teoría del currículo debe ser entendido como
el doble problema de las relaciones entre la teoría y la práctica, por un lado,
y el de las relaciones entre educación y sociedad por otro. Así no solo se
establece que existen diferencias entre el currículo que se plantea y el que se
ejecuta debido a las circunstancias en que se produce la aplicación del mismo,
también se muestra que la educación debería estar determinada por las necesidades
sociales del contexto pero en ocasiones los procesos educativos no concuerdan
con éste fin.
De la
misma manera, De Zubiría (1989), afirma que una teoría pedagógica requiere plasmarse
en un programa curricular, esto es, pasar del campo de la abstracción al campo
de la praxis. Para Zubiría, debe construirse un punto intermedio entre la
teoría y la práctica y es este punto el que se denomina currículo que se
perfila como la estructura que hace posible llevar a la práctica un proyecto
educativo, es decir, es el puente entre el mundo escolar y el mundo de la vida.
Que el currículo sea flexible y abierto para dejar pasar la vida por sus redes,
depende del enfoque pedagógico que lo sustenta.
Finalmente, José Contreras Domingo (1991), dice que el currículo tiene
que ver con la proposición de la enseñanza. Sin embargo, es precisamente su
naturaleza prescriptiva la que origina todos los problemas a la hora de definir
el significado del concepto.
Cuanto más intentamos precisar su contenido, mas entremos en una forma
concreta de entender cuáles son los tipos de proposiciones legitimas para la
enseñanza, tanto en su aspecto sustantivo como en su aspecto formal.
Era necesario hacer un acercamiento a la historia del currículo, a fin
de precisar elementos que puedan favorecer una concepción clara de currículo
dentro de un proceso formativo que identifica a una Institución Educativa y
para que haya claridad en laimplicación que este tiene a la hora de la práctica
pedagógica cotidiana.
Hasta aquí, de acuerdo a las concepciones de los autores, se puede decir
que el currículo debe ser considerado y construido teniendo en cuenta esa
relación dialéctica entre la teoría y la práctica y la interrelación que debe
existir entre la escuela y la sociedad, entre aquello que se tiene como
intencionalidad y las acciones que se realizan teniendo en cuenta una realidad
que debe ser comprendida y transformada.
Con base en lo anterior puede establecerse que existen dos ópticas desde
las cuales puede contemplarse el currículo: como una realidad ya preconstruida
que se acepta y se pone en marcha o como un fenómeno susceptible a
transformarse continuamente en el que el docente desempeña un papel fundamental
como agente constructor y ejecutor.
Función social del currículo
El currículo nace de las necesidades latentes del contexto en que se
encuentra inmerso, y su finalidad es formar ciudadanos capaces de adaptarse a
ese contexto y permitir la continuación de los saberes y costumbres propios de
su cultura.
A continuación se hará un acercamiento a la
incidencia del currículo desde y hacia el entorno en el que se desarrolla.
Desde el pensamiento de Gimeno Sacristán, el currículo posee una
profunda dimensión social, que es preciso desentrañar. Concebir el currículo
desconectado del contexto en el que nace y se desarrolla es como planificar un
edificio sin bases ni orientación alguna. No es posible pensar el currículum
sin pensar el contexto al que se debe y del que, en gran medida, depende. Más
que tratarse de un objeto técnico se trata de un objeto social e histórico. Por
lo anterior, para elaborar y ejecutar un plan curricular debe partirse de las
necesidades socioculturales del contexto, el currículo solo será efectivo si se
encuentra al servicio de la comunidad; de ahí surge la función social que el
currículo desempeña, pues es a partir del entorno que es posible identificar la
función que ha de cumplir determinado proceso educativo, y de ésta forma
proponer un currículo ligado a un proceso educativo que permita el desarrollo
social. (cf. Flape, 2010)
Habermas
(1972) desde su teoría de los intereses constitutivos del conocimiento articula
el currículo como un contexto caracterizado por las “necesidades” y los
objetivos sociales deseados a los que la educación debe responder, descubriendo
esas necesidades y desarrollando programas con el fin de alcanzar los
propósitos y objetivos de la “sociedad”
Habermas, hace ver que el conocimiento se origina en los intereses que
los seres humanos tienen por producirlo y se liga directamente a la de su
organización social. El describe los intereses humanos a través de tres
categorías: control técnico, comunicación y emancipación relacionados todos con
los medios sociales del trabajo, el lenguaje y el poder.
La conjunción entre los intereses sociales y los medios sociales
conducen a tipos específicos de conocimiento y a una forma específica de
conocer, o metodología científica de conocer. Habermas parte de la premisa que
todo conocimiento tiene raíces históricas y sociales y está ligado a
determinados intereses.(cf. Maestría en Educación, 2006, pp. 16-17)
Las diferentes actividades que se desarrollan en las sociedades, tales
como, producción y consumo de bienes y servicios, generan una serie de hábitos
y destrezas que cada individuo va forjando para alanzar un lugar dentro de su
medio, por ello las labores productivas requieren de mano de obra con cierto
nivel de especialización, así como los hábitos de consumo requieren la oferta
de determinados productos, por ello el currículo establece cuales son las
habilidades que deben formarse el sujeto para que a la hora de incorporarse al
medio pueda hacerlo con facilidad ysea posible una continuación social y
cultural de la tradición.
Según Habermas, la especie humana tiene tres intereses cognitivos: el
técnico, el práctico y el emancipatorio. Estos conducen a tres medios sociales:
el trabajo, la interacción y el poder.
Los conocimientos técnicos están ligados a la formación para el trabajo,
las cadenas de producción necesitan mano de obra capacitada para desarrollar
procesos agrícolas, industriales, artesanales, etc., que requieren de ciertas
habilidades que son desarrolladas mediante los procesos educativos en los que
se transmiten saberes de tipo técnico; esta formación hace que los individuos
puedan incorporarse al trabajo y de este modo integrarse a la sociedad.
El conocimiento práctico hace que el individuo se convierta en un ser
social mediante la formación histórica, comportamental, cultural y ética, a
partir de ella el sujeto puede integrarse a grupos sociales con facilidad y
desarrolla intereses acerca de su comunidad y la forma como podría aportar como
ser humano al crecimiento de su entorno.
El conocimiento emancipatorio tiene como finalidad crear un interés en
el individuo por el mejoramiento de sus condiciones de supervivencia, encontrar
maneras de hacer más sencilla su vida y la de su comunidad mediante el uso o la
consecución de recursos para lograr una mejor calidad de vida; los
conocimientos de éste tipos están ligados al poder, a la manera como
administrar los medios comunes a beneficio propio o de su entorno; éste tipo de
conocimientos buscan formar para la libertad, para la crítica, la autonomía, la
capacidad de emanciparse a las personas de las ideas falsas, de las formas de
comunicación distorsionadas y de las formas coercitivas de relación social que
constriñen la acción humana y social.
Al respecto Freire (1993) propone la necesidad de hacer una lectura
crítica del mundo, que va permitiendo ver las resistencias, las formas de salir
adelante, de construcción de lo nuevo, de las posibilidades permanentes que
tienen los seres humanos de reconstruir su vida. Supone conocer a los
estudiantes, retomar sus fondos de conocimiento, sus formas de pensar y de
sentir; se trata de mirar el entorno con una visión positiva en la que no solo
se diagnostiquen las carencias sino que por el contrario se diseñen estrategias
que permitan esperanzar al individuo acerca de sus posibilidades y de la
continua oportunidad que tiene para mejorarlo todo.
El interés emancipatorio no trata de iluminar las relaciones sociales,
como la ciencia social interpretativa, sino que intenta crear las condiciones
mediante las que las relaciones sociales distorsionadas existentes puedan ser
transformadas en acción organizada, cooperativa, una lucha política compartida
en donde las personas traen de superar la irracionalidad y la injusticia que
desvirtúa sus vidas.
Según la
óptica de Freire, los conocimientos de emancipatorio surgen específicamente del
contexto, se requiere reconocer las necesidades del medio para idear una manera
de suplirlas, la formación de saberes de tipo emancipatorio preparan al
individuo para que haga uso de los conocimientos como herramienta para su
propia superación; el proceso educativo debe buscar la manera de desarrollar
habilidades emancipatorias desde el punto de vista académico, para ofrecer a la
sociedad sujetos constructivos que busquen mejorar las condiciones de supervivencia
propias y de su entorno, estas condiciones van modificándose en la medida en
que los procesos educativos vayan dando resultado y el currículo debe
reestructurarse cada vez que sea necesario.
Por su parte Ralph Tyler plantea una teoría curricular expresando su
interés por el saber constitutivo de tipo técnico en la que la formación del
individuo para el trabajo desempeña un papel fundamental en el desarrollo
social de la humanidad.
La teoría curricular defendida por Schwab anima a los educadores a hacer
interpretaciones de las circunstancias sociales y educativas actuales en
situaciones reales concretas y a tomar decisiones sobre la base de su
razonamiento práctico.
Con base en lo expuesto por los diferentes referentes curriculares
mencionados anteriormente, es bastante notorio la necesidad de vincular al
contexto con el diseño curricular de cualquier proceso educativo, pues no es
posible desarrollar una propuesta educativa que se encuentre desligada de la
función social de la educación, el currículo parte del contexto y va
modificándose de la misma manera en que la sociedad va evolucionando, por tanto
los procesos educativos deben ir a la par del mundo, no es posible definir un
currículo que sea aplicable para todos los contextos, cada entorno imprime en
su currículo características que lo hacen particular, “hecho a la medida” de
las necesidades de su medio.
El currículo como proyecto Educativo
Teniendo en cuenta que es el currículo lo que define el perfil de la
persona egresada de una Institución Educativa y que para ello deben
establecerse las estrategias, tiempos y recursos a implementar para lograr que
la propuesta curricular sea una realidad, revisaremos a continuación como se
plantea el currículo, así como los elementos que deben considerarse para que
éste sea acorde con las necesidades institucionales.
La necesidad de definir un currículo surge a partir del momento en que
nos interrogamos acerca de ¿Cómo organizar el conocimiento para lograr un
aprendizaje significativo y que lleve al estudiante a ser competente?, es
decir, si bien una institución educativa busca educar a un grupo de personas es
necesario definir aspectos como ¿Para que desea formarlos?, ¿Qué capacidades
debe tener el estudiante cuando termine sus estudios?, ¿Qué contenidos deben
desarrollarse para lograr que el estudiante adquiera las habilidades que se van
a formar?, ¿Cuál es la mejor manera de desarrollar esos contenidos?, ¿En que orden
deben ser desarrollados?, ¿Qué recursos se necesitan para lograrlo?, ¿cuánto
tiempo será necesario?, etc.; este tipo de interrogantes llevan a pensar en una
propuesta curricular, y para ello se debe tratar de resolverse los
interrogantes planteados anteriormente.
La resolución de los anteriores interrogantes debe hacerse teniendo en
cuenta que el estudiante necesita la ayuda del maestro quien cumple una triple
función:
Ø Respeto
en su integralidad al discípulo
Ø
Manifestarse en su conducta como guía experimentado
y amigo fiel: que oriente y exija, flexible pero firme.
Ø
Presentación al alumno: del pluriforme universo de
la cultura, la riqueza de la naturaleza, la pregunta por el origen de todo
cuanto existe.
Una tarea fundamental a la hora de diseñar una propuesta curricular es
la selección y organización del conocimiento, es decir, determinar cual es el
tipo de conocimiento que se intenta que los estudiantes se apropien y
organizarlo curricularmente.
Para ello es necesario tener en cuenta que, los conocimientos
seleccionados presentan una visión particular del mundo de quienes, por su
parte, lo producen y, por otra, de quienes lo reordenan y plasman en programas,
textos de estudio, guías didácticas, libros, etc. Existe por así decir,
heterogeneidad de percepciones y valores culturales diversos frente a la
cultura, que se expresan en el currículo.
El conocimiento sufre múltiples mediaciones, pasando por los niveles de
producción, selección, reordenamiento y categorización del contenido curricular
hasta la interpretación que hace el profesor del mismo y la apropiación que
realiza el estudiante. (cf. Informe Maestro Usta I, 2005, pp. 8-14)
Teniendo en cuenta las características que han de cumplir tanto el
currículo como los conocimientos que
este desea formar, es necesario plantear un modelo que permita llevar a la práctica aquello que se ha
propuesto; el modelo curricular es según Florez (1998) “Es una herramienta
conceptual inventada por el hombre para entender mejor algún evento. Un modelo es la representación
del conjunto de relaciones que describen
un fenómeno secuenciales en función de un problema documentado, entendido como una relación cuantificable
entre una situación dada y la que esta
puede llegar a ser. El modelo involucra una persistente evaluación y
retroalimentación del proceso”. Así, el
modelo curricular permite determinar específicamente cada uno de los aspectos que delimitarán la acción del
currículo y desde luego de la actividad
educativa.
El modelo curricular puede comprenderse de las siguientes maneras:
Ø
Es una representación simbólica y simplificada del
proceso curricular o parte de él, que
responde a objetivos definidos.
Ø
Es una representación en miniatura que esquematiza
los datos y/o los fenómenos curriculares y de este modo ayuda a comprenderlos.
Ø
Es una representación simplificada del sistema
educativo, sus elementos y relaciones, que se organizan de acuerdo al marco
teórico desde el cual se les comprende.
Ø
El modelo es un esquema científico-técnico que
sirve de mediador y filtro entre la realidad y la teoría, entre la ciencia y la
praxis, pues todas las informaciones son producto de una investigación de la
realidad y el medio y se trata de eleccionar aquellas que sean útiles para el proceso
de desarrollo del currículo. (cf. Informe Maestro Usta II, 2005, pp. 2-3)
La representación en un modelo de una propuesta curricular permite
establecer a grandes rasgos y también de
manera detallada como se desarrollará el proceso de formación, así cada uno de los actores
participantes en el proceso educativo
pueden comprender la finalidad de la propuesta curricular, así como la
manera en que deben desarrollarse los procesos
para lograr las metas propuestas mediante
un trabajo mancomunado, en que cada sujeto cumpla con su parte siguiendo
unos parámetros generales para llegar a
un mismo fin.
La definición de un modelo curricular lleva implícita la elección de un
modelo pedagógico que permita alanzar los objetivos propuestos para el proceso
de formación; el modelo pedagógico es una representación de las relaciones que
predominan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, comprendiendo que todo
proceso de aprendizaje requiere que existan relaciones entre maestro, alumno,
conocimientos, contexto, institución, recursos, etc., Un modelo pedagógico,
como representación de una perspectiva pedagógica es también un paradigma, que
puede coexistir con otros paradigmas dentro de la pedagogía, y que organiza la
búsqueda de los investigadores hacia nuevos conocimientos en el campo.
El currículo como realidad
Educativa
Concluidas las etapas del diseño curricular, se procede a la fase de
ejecución, es decir, poner en práctica
en la realidad aquello que se ha propuesto en el papel; teniendo en cuenta que
la acción en ocasiones puede diferir un poco de propuesto en la teoría, se
requiere revisar a fondo los cambios que sufre una propuesta curricular en su
etapa de ejecución, así como las tareas que lleva implícitas esta fase, por lo
anterior, en éste apartado se estudiará el currículo visto desde la realidad
educativa.
Al entenderse el currículo como una serie de responsabilidades que asume
la escuela para promover experiencias en el alumno, o el compendio de
experiencias creadas por los estudiantes a través de las cuales pueden
progresar, o verse como la práctica que se expresa en comportamientos diversos,
el modo de organizar una serie de prácticas educativas y como un proyecto
flexible; se considera que se tiene una concepción curricular que supera la
forma como ha de organizarse el aprendizaje.
Hablar de un currículo práctico significa hablar de un currículo
dinámico, donde la práctica busca desarrollar el entendimiento humano en la
acción, mediante el uso de la filosofía como estrategia para formar seres con
capacidad de decisión y acción basados en su historia cultural, como estrategia
para implementar la cultura sobre las políticas educativas.
Suele suceder que durante la etapa de ejecución de un diseño curricular,
surjan actitudes o comportamientos al margen de lo planteado en la propuesta
curricular; esta característica denominada currículo oculto (Casarini, 1999),
afecta positiva o negativamente al proceso formativo, según Casarini, el
currículo oculto es una estructura que no es reconocida oficialmente por
docentes, administrativos y estudiantes, pero que tiene un impacto
significativo; por lo general está determinado por las actitudes, los valores y
conductas apropiadas.
El currículo oculto suele
ejecutarse en los espacios escolares no dirigidos y puede darse entre
estudiantes, maestros o administrativos, suele reforzar o modificar parámetros
establecidos por el diseño curricular para transformarlos en una apropiación
individual o colectiva que puede entenderse de diversas maneras según el sujeto
que lo asimila.
Se establece que el currículo oculto es una posición opuesta al
currículo formal, según Ornelas (1999; pp.50) "Éste en contraposición a la
noción de curriculum formal, no surge de los planes de estudio ni de la
normatividad imperante en el sistema, sino que es una derivación de ciertas
prácticas institucionales que son tal vez más efectivas para la reproducción de
conductas, actitudes...". El curriculumoculto se puede interpretar como
aquella disciplina institucional que exige un orden, una línea a seguir en
cuanto a comportamientos, actitudes. De acuerdo a lo que expone Casarini (1999:
p. 9) "el curriculum oculto es proveedor de enseñanzas encubiertas,
latentes, enseñanzas institucionales no explícitas, brindadas por la
escuela...". Así es posible educar también mediante el curriculum oculto
presente en cada institución educativa.