El
término de neurociencia es aquel que se aplica a la ciencia que se dedica al
estudio, observación y análisis del sistema nervioso central del ser humano;
La función principal de la neurociencia es estudiar y analizar el sistema
nervioso central de los seres humanos y animales, sus funciones, su formato
particular, su fisiología, sus lesiones o patologías, etc. De este modo, a
través de su estudio se logra conocer mucho mejor su funcionamiento para
eventualmente actuar sobre él. Debido a lo complejo y rico que es el órgano
cerebral, que no tiene que ver nada más que con cuestiones anatómicas si no
también con el desarrollo de habilidades como el aprendizaje, el lenguaje,
etc., la neurociencia es un campo científico muy amplio y variado que se
clasifica en subciencias o campos científicos específicamente dedicados a cada
una de estas funciones o particularidades del cerebro.
En ese
sentido , la neurociencia es un fenómeno que el ser humano conoció y llevó
adelante desde tiempos inmemoriales, aunque obviamente de modos mucho más
precarios. La neurociencia ha logrado muchos avances en la época moderna y esto
ha permitido que el tratamiento de enfermedades que antes eran insalvables
pueda tener efectos verdaderos sobre la calidad de vida de los pacientes que
las sufren, por ejemplo en el caso de la esclerosis múltiple, del Alzheimer,
del mal de Parkinson y muchas otras que tienen que ver con el sistema nervioso
central de los humanos.
A loa
largo de la historia la Neurociencia ha evolucionado y hoy día hacemos mención
a una neurociencia moderna, como el
resultado de la convergencia de varias tradiciones científicas: la Anatomía, la
Embriología, la Fisiología, la Bioquímica, la Farmacología, la Psicología y la
Neurología. Otras disciplinas científicas más modernas, incluyendo las ciencias
de la Computación o la Bioingeniería se han sumado al reto de comprender el
sistema nervioso y las conductas que de él emanan. El carecer
interdisciplinario es singular y propio de la Neurociencia entre otras ciencias
y está en la base de su extraordinaria pujanza y atractivo.
Desde su origen, la
Neurociencia se ha caracterizado por un marcado enfoque sintético e integrador
de todas aquellas ciencias dedicadas al estudio del sistema nervioso normal y
patológico. Desde el punto de
vista histórico, 1664 marca para muchos el origen de la Neurociencia moderna.
En ese año, Thomas Willis (1621-1675) publica su conocido tratado sobre la
anatomía cerebral, Cerebri
Anatome, el primer gran intento de conocer a fondo el sistema
nervioso y, muy especialmente, su porción encefálica. Este médico inglés estaba
muy influenciado por los escritos del filósofo René Descartes y se interesaba
en particular por las implicaciones de la filosofía cartesiana en la
comprensión de los trastornos mentales.
Es así
como en el trascurrir de los tiempos, representantes de esta ciencia, como
Galeno que siguió la tesis hipocrática, y en base a la diferente dureza del
cerebelo y del cerebro propuso que el primero actuaba sobre los músculos y el
segundo era el receptor de las sensaciones y memorias. Relacionó los
ventrículos cerebrales con las cavidades del corazón y pensó que las
sensaciones y movimientos dependían del movimiento de los humores hacia o desde
los ventrículos cerebrales, a través de los nervios. Por eso, hasta el siglo
XVIII se pensó que el tejido nervioso tenía una función glandular, siguiendo la
teoría galénica de que los nervios son conductos que transportan los fluídos
secretados por el cerebro y la médula espinal hacia la periferia del cuerpo.
La
Neurofisiología es la tercera disciplina científica fundamental para el estudio
de la función neural. Nació a finales del siglo XVIII cuando Luigi Galvani
descubrió que las células musculares producen electricidad. En el siglo XIX,
Emil Dubois-Reymond, Johannes Müller y Hermann von Helmholtz desarrollaron los
fundamentos de la electrofisiología. Von Helmholtz (1821-1894) descubrió que la
actividad eléctrica de las células nerviosas es la forma de transmitir
información desde un extremo a otro de una célula, y también desde una célula a
otra. El médico escocés Charles Bell (1774-1842) y el fisiólogo francés
François Magendie (1783-1855) aclararon el problema de los caminos que sigue la
transmisión de las señales entre el sistema nervioso y la periferia. La
pregunta era si la conducción desde y hacia el sistema nervioso tenía lugar a
lo largo de un mismo axón, con conducción por tanto bidireccional, o a lo largo
de axones diferentes. A principios del siglo XIX, Bell cortó separadamente las
raíces dorsales y las ventrales de la médula espinal en animales y observó que
sólo cortando las ventrales aparecía parálisis. Magendie demostró que las raíces
dorsales transmiten información sensorial. De los estudios de Bell y Magendie
se concluyó que en cada nervio raquídeo hay una mezcla de axones, cada uno de
los cuales transmite información sólo en un sentido. Por último, es importante
señalar la importancia del trabajo neurofisiológico del británico Sir Charles
Scott Sherrington (1857-1952), quien, entre otras aportaciones fundamentales,
dió el nombre de “sinapsis” al contacto interneuronal, una aportación original
de Cajal. Las contribuciones de Sherrington fueron importantes para confirmar
la tería neuronal propuesta por el científico español desde el campo de la
Neuroanatomía.
Actualmente,
el estudio del lenguaje se enfoca simultáneamente desde el campo de la
Neurología, la Neuropsicología, la Neuroanatomía y la Neurofisiología.
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