miércoles, 14 de diciembre de 2022

ADECUACION CURRICULAR DE NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES.

 

ADECUACION CURRICULAR DE NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES.

Marco legal

La escolarización de los niños con síndrome de Down, así como la de otros con diferentes tipos de discapacidad, da un cambio en 1982 con la Ley de Integración del Minusválido (LISMI). Esta ley planteaba que el minusválido se debe integrar en el sistema ordinario de educación general, recibiendo los programas de apoyo y recursos que necesite. Por otro lado, la escolarización en centros de educación especial se impartirá sólo cuando resulte imposible la integración en el sistema ordinario.

En 1990, la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) establece que el sistema educativo debe disponer de los recursos necesarios para que los niños con necesidades educativas especiales puedan alcanzar dentro del sistema los objetivos establecidos con carácter general para todos los alumnos. En este sentido, los profesores han de estar adecuadamente preparados, los centros deben contar con una adecuada organización escolar y con los recursos materiales y físicos necesarios para favorecer el aprendizaje de todos los alumnos. Además, es preciso que los equipos de profesores realicen las correspondientes adaptaciones curriculares necesarias para que los niños alcancen los fines de la educación.

En 1999, la Ley de Solidaridad de la Educación pretende mejorar la calidad de la atención que reciben los niños con necesidades educativas especiales. Así, para que la igualdad de oportunidades de todos los alumnos sea un hecho, esta ley regula una serie de actuaciones compensatorias como programas de especialización del profesorado o para la elaboración de materiales adaptados, para asesorar a las familias, para comedor o transporte, etc.

En el año 2002, la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), establece que los alumnos con necesidades educativas especiales (ACNEE) que requieran, en un período de escolarización o a lo largo de la misma, determinados apoyos y atenciones educativas específicas por padecer discapacidades físicas, psíquicas, sensoriales o por manifestar graves trastornos de la personalidad o de conducta, tendrán una atención especializada con arreglo a los principios de no discriminación y normalización educativa, con la finalidad de conseguir su integración. A tal efecto, las administraciones educativas dotarán a estos alumnos del apoyo preciso desde el momento de su escolarización o de la detección de su necesidad.

Dentro del desarrollo de este marco legislativo, el alumno con necesidades educativas especiales debe someterse a una evaluación de sus capacidades, de manera que pueda establecerse el modelo de escolarización que más se adecúa a sus necesidades. El Dictamen de escolarización, que elabora el equipo de orientación educativa, es el documento en el que se plasman tanto los resultados de esta evaluación, como los recursos humanos y materiales con que debe contar el centro para poder facilitar el aprendizaje de los niños.

Las necesidades educativas especiales

El término necesidades educativas especiales, introducido por la LOGSE, hace referencia a aquellos alumnos que se encuentran en desventaja respecto al resto de sus compañeros y tienen más dificultades para beneficiarse de la educación escolar. Con este término, se pretende poner el énfasis en la respuesta educativa que requiere el alumno, y no tanto en sus limitaciones personales. Dentro de este grupo se encuentran alumnos con alteraciones sensoriales, cognitivas, psíquicas o físicas, así como también alumnos en desventaja sociocultural o alumnos con sobre dotación intelectual. Es decir, son todos aquellos niños que no pueden acceder a los aprendizajes escolares del mismo modo que la mayoría, por lo que necesitan una serie de recursos que les ayuden, una serie de adaptaciones.

Pero, ¿dónde está el límite? Si la educación ha de ser individual y cada alumno es único, ¿tienen todos los alumnos necesidades educativas especiales? La decisión de si un niño tiene necesidades educativas especiales o no, es muy delicada y debe tomarse a partir de la evaluación que realiza el equipo interdisciplinar de sector o el servicio de orientación del centro. Una vez evaluado el alumno, y en caso de que se considere alumno con nee, debe constar en el Dictamen de Escolarización con las recomendaciones precisas sobre el tipo de escolaridad que más beneficiará al niño. En este sentido, se entiende que un niño presenta necesidades educativas especiales en tanto éstas exigen del sistema medidas educativas especiales.

¿Qué es el currículo?

El currículo es el proyecto que determina los objetivos de la educación escolar y propone un plan de acción adecuado para la consecución de dichos objetivos. Supone seleccionar, de todo aquello que es posible enseñar, lo que va a enseñarse en el entorno educativo concreto. El currículo especifica qué, cómo y cuándo enseñar y qué cómo y cuándo evaluar.

El currículo que establecen las administraciones públicas es abierto, flexible y general, de manera que es cada centro el que adapta esas bases a su entorno particular.

Para comprender el término adaptaciones curriculares es necesario tener unas breves nociones de los aspectos básicos del currículo.

En España, el gobierno central, es decir, el Ministerio de Educación, establece las enseñanzas mínimas que deben tenerse en cuenta en todos los centros de España. En función de estas enseñanzas mínimas, cada una de las Administraciones Educativas competentes, es decir, los gobiernos de las diferentes Comunidades Autónomas, adaptan esas enseñanzas generales, en función de sus necesidades y de su población. Una vez que las consejerías de educación de las diferentes comunidades establecen sus currículos, es cada centro el que, en función de sus características concretas, adapta esta normativa, estableciendo el currículo de su centro. A continuación, es el profesor el que realiza su currículo, para su grupo concreto. Una vez que el profesor ha diseñado su programación trimestral o anual, y se encuentra con alumnos con necesidades educativas especiales en su grupo, es cuando ha de hacer una adaptación curricular para ese alumno concreto.


¿Qué son las adaptaciones curriculares?

Las adaptaciones curriculares son estrategias educativas para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje en algunos alumnos con necesidades educativas específicas. Estas estrategias pretenden, a partir de modificaciones más o menos extensas realizadas sobre el currículo ordinario, ser una respuesta a la diversidad individual independientemente del origen de esas diferencias: historial personal, historial educativo, motivación e intereses, ritmo y estilo de aprendizaje.

Por un lado, se trata de una estrategia de planificación y de actuación docente para responder a las necesidades de cada alumno. Pero, a la vez, se trata de un producto, ya que es una programación que contiene objetivos, contenidos y evaluaciones diferentes para unos alumnos, e incluso organizaciones escolares específicas, orientaciones metodológicas y materiales adecuados.

En sentido amplio, una adaptación curricular se entiende como las sucesivas adecuaciones que, a partir de un currículo abierto, realiza un centro o un profesor para concretar las directrices propuestas por la administración educativa, teniendo presente las características y necesidades de sus alumnos y de su contexto.

En sentido restringido, el concepto de adaptación curricular se refiere a aquellas adecuaciones de índole más específica que se realizan pensando, exclusivamente, en los alumnos con necesidades educativas especiales que no son necesarias para el resto de los alumnos.

Las adaptaciones curriculares deben estar fundamentadas en dos principios:

- Principio de Normalización: Favorece que los alumnos se beneficien, siempre que sea posible, del mayor número de servicios educativos ordinarios.

- Principio de Individualización: Intenta proporcionar a cada alumno -a partir de sus intereses, motivaciones y también en relación con sus capacidades, deficiencias y ritmos de aprendizaje- la respuesta educativa que necesite en cada momento para formarse como persona.

Tipos de adaptaciones curriculares

Los diferentes tipos de adaptaciones curriculares formarían parte de un continuo, donde en un extremo están los numerosos y habituales cambios que un maestro hace en su aula, y en el otro las modificaciones que se apartan significativamente del currículo.

Adaptaciones Curriculares de Acceso al Currículo: Son modificaciones o provisión de recursos espaciales, materiales, personales o de comunicación que van a facilitar que algunos alumnos con necesidades educativas especiales puedan desarrollar el currículo ordinario, o en su caso, el currículo adaptado. Suelen responder a las necesidades específicas de un grupo limitado de alumnos, especialmente de los alumnos con deficiencias motoras o sensoriales. Las adaptaciones curriculares de acceso pueden ser de dos tipos:

 De Acceso Físico: Recursos espaciales, materiales y personales. Por ejemplo: eliminación de barreras arquitectónicas, adecuada iluminación y sonoridad, mobiliario adaptado, profesorado de apoyo especializado.

De Acceso a la Comunicación: Materiales específicos de enseñanza - aprendizaje, ayudas técnicas y tecnológicas, sistemas de comunicación complementarios, sistemas alternativos… Por ejemplo: Braille, lupas, telescopios, ordenadores, grabadoras, lenguaje de signos…

Adaptaciones Curriculares Individualizadas: Son todos aquellos ajustes o modificaciones que se efectúan en los diferentes elementos de la propuesta educativa desarrollada para un alumno con el fin de responder a sus necesidades educativas especiales (n.e.e.) y que no pueden ser compartidos por el resto de sus compañeros. Pueden ser de dos tipos:

 

No Significativas: Modifican elementos no prescriptivos o básicos del currículo. Son adaptaciones en cuanto a los tiempos, las actividades, la metodología, las técnicas e instrumentos de evaluación… En un momento determinado, cualquier alumno tenga o no necesidades educativas especiales puede precisarlas. Es la estrategia fundamental para conseguir la individualización de la enseñanza y por tanto, tienen un carácter preventivo y compensador.

Significativas o Muy Significativas: Modificaciones que se realizan desde la programación, previa evaluación psicopedagógica, y que afectan a los elementos prescriptivos del currículo oficial por modificar objetivos generales de la etapa, contenidos básicos y nucleares de las diferentes áreas curriculares y criterios de evaluación. Estas adaptaciones pueden consistir en:

-Adecuar los objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
-Priorizar determinados objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
-Cambiar la temporalización de los objetivos y criterios de evaluación.
-Eliminar objetivos, contenidos y criterios de evaluación del nivel o ciclo correspondiente.
-Introducir contenidos, objetivos y criterios de evaluación de niveles o ciclos anteriores.

No se trata, pues, de adaptar los espacios o de eliminar contenidos parciales o puntuales; sino de una medida muy excepcional que se toma cuando efectivamente, un alumno no es capaz de alcanzar los objetivos básicos. Así, a partir de la educación primaria, es muy probable que un alumno con síndrome de Down requiera de una adaptación curricular significativa si cursa sus estudios en un centro de integración.

El equipo que desarrolle una adaptación curricular significativa ha de ser más riguroso, si cabe, que en otros casos, y la evaluación de los aprendizajes ha de ser más especializada, teniendo en cuenta factores como la capacidad de aprendizaje, el funcionamiento sensorial, motor, el contexto sociofamiliar… Además, el chico debe estar sujeto a un mayor control, con el fin de facilitarle al máximo sus aprendizajes y de hacer las modificaciones que se consideren oportunas en cada momento.

Desarrollo de la estrategia

Existen cinco preguntas claves que el equipo de profesores debe preguntarse a la hora de realizar una a Desarrollo de la estrategia

Existen cinco preguntas claves que el equipo de profesores debe preguntarse a la hora de realizar una adaptación curricular:

¿Qué es lo que el alumno no consigue hacer?

 

OBJETIVO

¿Qué contenidos son necesarios para alcanzar ese objetivo y el alumno ya posee?

 

EVALUACIÓN INICIAL

¿Cuál es la secuencia de los aprendizajes? ¿Cuál es el paso más estratégico para ayudar al alumno?

 

SECUENCIA, ORDEN, TEMPORALIZACIÓN

¿Cómo voy a enseñarle todo esto?

 

METODOLOGÍA

¿La ayuda ha sido eficaz? ¿ha conseguido el objetivo?

 

EVALUACIÓN CONTINUA

La adaptación curricular individual

La adaptación curricular individual (ACI) es el documento que concreta el currículo para un alumno determinado. Así una ACI ha de constar de:

• Una valoración multidisciplinar del alumno y del contexto.


• Una propuesta curricular basada en las necesidades detectadas en referencia al currículo ordinario.


• Criterios y procedimientos para tomar decisiones sobre la promoción del alumno.

Su objetivo es optimizar el desarrollo y el aprendizaje del alumno. No se centra en el problema del niño sino en la ayuda que necesita para alcanzar los objetivos que se han propuesto. La evaluación se realiza para identificar sus necesidades y determinar la ayuda precisa.

La ACI debe ser realizada por un conjunto de profesionales y se recogerá en un Documento Individual de Adaptación Curricular (DIAC), que debe constar de:

• Datos de identificación del alumno.


• Datos de identificación del documento: fecha de elaboración duración, personas implicadas y función que desempeñan,…


• Información sobre la historia personal y educativa del alumno.


• Nivel de competencia curricular.


• Estilo de aprendizaje y motivación para aprender.


• Contexto escolar y socio-familiar.


• Propuesta curricular adaptada.


• Concreción de recursos humanos y materiales.


• Seguimiento y evaluación: Modificaciones sobre las decisiones curriculares, cambios en la modalidad de apoyo, colaboración con la familia, posibles decisiones sobre su promoción…

 

¿Cómo han de ser los objetivos para un alumno con síndrome de Down?

Los objetivos que nos marcamos con un niño son la base de toda la programación, ya que de ellos van a depender los contenidos y las actividades que vayamos a realizar.
En ocasiones, como se ha dicho anteriormente, bastará con modificar las actividades o la evaluación, pero en los casos de las adaptaciones curriculares significativas, es preciso modificar o eliminar determinados objetivos del currículo, o bien incluir otros que consideremos necesarios. En el caso de los niños con síndrome de Down, las adaptaciones curriculares significativas van siendo más numerosas a medida que vamos avanzando en el sistema escolar.

Si hay algo importante en las adaptaciones curriculares de los niños con síndrome de Down es la necesidad de descomponer los objetivos en objetivos parciales. Necesitamos analizar los pasos intermedios necesarios para alcanzar un objetivo final, de manera que el niño pueda adquirir un determinado contenido sin lagunas y sin dejarse aspectos básicos sin comprender.

Los objetivos han de ser:

-Individuales. Ningún niño es igual a otro, y un niño con síndrome de Down tampoco. La programación debe ir dirigida a cada alumno en concreto.
-Prioritarios, es decir, los más importantes para ese momento. Es preciso establecer prioridades, porque no todo se puede conseguir.
-Funcionales. Lo que para unos niños es funcional, no siempre lo es para todos. Por ejemplo, a la hora de realizar la pinza digital, algunos niños con síndrome de Down muestran más precisión con los dedos pulgares y medio. El profesor debe preguntarse qué es lo que pretende: o que el niño sea capaz de coger objetos pequeños o incluso escribir funcionalmente con una pinza “incorrecta”, o conseguir una pinza perfecta a costa de que ésta sea menos funcional. O, por otro lado, qué es más funcional: que el niño aprenda a comer por sí solo, a ser más autónomo y a tener más habilidades sociales, o que sea capaz de comunicarse en inglés.
- Secuenciales y estructurados. Debemos elegir aquellos objetivos que son base para futuras adquisiciones necesarias y dividir los objetivos generales en objetivos específicos.
- Evaluables, operativos y medibles. Si nos ponemos como objetivo “que mejore su atención”, éste no es operativo ya que es muy relativo. Es bastante previsible que mejore la atención de un niño, pero no sabemos cuánto ha mejorado. Por otro lado, nunca lo alcanzaremos, ya que siempre es posible mejorarla.

Evaluación

La evaluación de los aprendizajes de los alumnos con necesidades educativas especiales, en aquellas áreas o materias que hubieran sido objeto de adaptaciones curriculares significativas, debe efectuarse tomando como referencia los objetivos y criterios de evaluación fijados para ellos.

Las calificaciones obtenidas por los alumnos en las áreas o materias objeto de adaptación se expresan en los mismos términos y escalas a los previstos en las correspondientes órdenes legales establecidas para las diferentes etapas educativas. Pero, además, la información que sobre el proceso de evaluación se facilite a los alumnos y sus familias debe incluir además la valoración cualitativa del progreso de cada alumno respecto a los objetivos propuestos en su adaptación curricular.

Promoción del alumno

En la Educación Infantil se puede tomar la decisión de permanecer un año más en el segundo ciclo de la etapa por resolución de la Delegación Provincial correspondiente, cuando lo haya solicitado la dirección del centro, con informe motivado del tutor, conformidad de la familia y estimación positiva del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica de la zona correspondiente, de cara a alcanzar los objetivos de la etapa o favorecer su socialización.

En Educación Primaria y E.S.O. la decisión de promoción de un ciclo a otro o de un curso a otro se adoptará siempre que el alumno haya alcanzado los objetivos para él/ella propuestos. Se decidirá la permanencia de un curso o dos en estas etapas cuando se estime que puede alcanzar los objetivos del ciclo o etapa, la titulación o ser positivo para su socialización. Para el alumno que curse la E.S.O, existe la posibilidad de obtener el título de Graduado en Educación Secundaria si, en términos globales -grado de madurez- ha alcanzado los objetivos de la etapa.

Los dos cursos de Bachillerato podrán realizarse fragmentando en bloques las materias que componen el currículo de estos cursos, ampliándose en dos años la permanencia en la etapa.

En la Formación Profesional Específica se autoriza a los alumnos con necesidades educativas especiales a cursar las actividades programadas para un mismo módulo profesional un máximo de cuatro veces, y a presentarse a la evaluación y a la calificación un máximo de seis veces.

En cualquier caso se expedirá la acreditación correspondiente de años cursados, calificaciones obtenidas y consejo orientador sobre el futuro académico y profesional del alumno.



 

 

ADAPTACIONES CURRICULARES PARA LOS NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

 

Las adecuaciones necesarias a incorporar en el currículo para facilitar el acceso de todos los niños a experiencias de aprendizajes significativos, es un tema de interés no sólo para quienes trabajan con niños que presentan algún tipo de discapacidad, sino también, para todos los educadores que consideran que el principio pedagógico de la individualidad, es un principio relevante al momento de poner en marcha un proceso educativo.

 

Las adaptaciones del currículo ya sea en el planteamiento de objetivos, en la puesta en práctica de las actividades, en las modificaciones a los recursos, o en las formas de evaluación, es una temática que todo buen educador debe conocer y saber desarrollar para enfrentar cualquier situación en que se detecte que un niño presenta cierta dificultad; ya sea para atender, concentrarse, enfrentar una tarea, dar una respuesta, motivarse, seguir instrucciones, expresarse, coordinar sus movimientos, memorizar, comprender, relacionarse con otros, etc. Es decir, dificultades a las cuales todos los niños sin distinción, alguna vez en su vida, se ven enfrentados.

 

La necesidad de desarrollar currículos flexibles, no es un tema nuevo. Los currículos flexibles permiten realizar la práctica educativa bajo un marco general orientador que da cuenta de la identidad del establecimiento, con una concepción clara frente a lo que pretende lograr, y a su vez, permiten también dejar un margen para incorporar aquellos elementos que no fueron planificados en su especificidad inicialmente, pero que sin embargo, pueden aparecer en el camino y se hacen necesarios de abordar.

 

Esta característica curricular es esencial a la hora de dar respuesta a las diferentes necesidades educativas que los niños puedan requerir, así como, al momento de considerar los ambientes socioculturales diversificados en los que pueden estar insertos.

 

Las necesidades educativas especiales son entendidas como aquellas necesidades de apoyo más específicas y menos habituales, que las que comúnmente se otorgan a un niño que presenta alguna dificultad en su aprendizaje durante un período de tiempo.

 

Los centros educativos deben ofrecer alternativas curriculares amplias,

equilibradas, significativas y diferenciadas:

 

Currículos amplios en el sentido de que consideren todas las áreas del desarrollo y conocimiento, mediante la utilización de experiencias motivadoras que encanten al niño en los momentos de aprender.

 

 

Currículos equilibrados que cautelen la tendencia a poner énfasis en algunas áreas en desmedro de otras, lo cual finalmente niegan al niño la posibilidad de indagar en aspectos que para el pueden ser trascendentales.

 

Además, implican la existencia de un equilibrio entre las necesidades individuales y los objetivos del currículo común.

 

Currículos significativos que consideren las necesidades que el niño presenta en el momento y, a las que podamos inferir que vá a necesitar en un tiempo futuro al interior de una sociedad cambiante.

 

Currículos diferenciados que permitan abarcar las diferentes capacidades, necesidades e intereses de los niños.

El currículo común es aquel que da respuesta a la necesidades educativas  especiales (n.e.e.) de los niños, es allí donde deben realizarse las adaptaciones proporcionando los apoyos técnicos necesarios para que puedan acceder al currículo.

 

Bajo este enfoque se puede decir que:

 

a) El currículo a utilizar en un proceso educativo, debe ser el mismo para todos los niños y, a partir de éste deben realizarse las adaptaciones según las necesidades individuales.

 

b) De esta forma se facilita la integración de todos los niños al proceso educativo, y se eliminan prácticas segregadoras.

 

c) A cualquier alumno, de cualquier edad, ciclo o nivel educativo cualquier currículo puede ser adaptado a los requerimientos personales.

 

d) Toda propuesta curricular (tengan o no, niños con discapacidad) deberá contar con adecuaciones ya sea al contexto, a los niños que presentan ciertas dificultades o a aquellos que presentan capacidades acrecentadas; es decir, contar con adaptaciones congruentes a la realidad donde se lleva a cabo la propuesta curricular.

 

e) De acuerdo con el principio educativo de la "individualidad", en las adaptaciones curriculares debe existir una programación que de respuesta a las características de un determinado niño.

 

Procedimientos para adecuar el currículo general

Según Gine C. y Ruíz R. (1995), es posible utilizar algunos procedimientos y/consideraciones para adecuar el currículo general a todos los niños y, en especial, a los que presentan n.e.e. Al respecto, se presentan algunos elementos interesantes de compartir:

 

- La necesidad de establecer una conexión lógica entre las evaluaciones psicopedagógicas (o de especialistas) y la programación individual a desarrollar con el niño en la sala, - La preparación anticipada de las estrategias educativas tanto especiales, como comunes que se pretenderán proporcionar al niño e,

- Invitar al niño a participar en ambientes educativos lo menos restrictivos, rígidos o autoritarios posibles.

 

En la medida que el niño avance con el apoyo de los recursos especiales, es conveniente ir retirándolos, de manera que cada vez la práctica educativa del niño se acerque más a la enseñanza habitual y común del currículo.

 

La respuesta educativa que va dirigida al niño, debe constituirse en una propuesta clara y comprensible para todos quienes se encuentran involucrados en su crecimiento personal, de tal manera que puedan participar en la toma de decisiones que se desprendan de la elaboración, desarrollo y evaluación de ella.

 

Estos procedimientos ayudan a tener presente algunas consideraciones en el momento de planificar que, cuándo y cómo adaptar algunas propuestas curriculares según las necesidades educativas. En acuerdo con estos antecedentes, los mismos autores presentan tres grandes bloques de elementos a considerar en las adaptaciones curriculares, los que englobarán a los procedimientos vistos:

 

1.- La valoración o evaluación psicopedagógica. Es en base a esta información donde se toman las decisiones curriculares de mayor relevancia, es aquí donde deben estar incluídas las potencialidades del niño, lo que el es capaz de hacer en relación al currículo regular, así como, otros factores que puedan favorecer u obstaculizar su avance.

 

2.- La propuesta curricular. En esta propuesta deben encontrarse las adaptaciones que se han previsto para un lapso de tiempo, a lo más, de un año. Esta propuesta entrega los elementos destinados a:

* Que enseñar en relación a áreas, contenidos, actividades y objetivos.

* Cómo enseñar en relación a los enfoques, metodológicas y materiales didácticos, de que tipo, durante cuánto tiempo y con que frecuencia.

* Cuándo enseñar considerando los contenidos y objetivos seleccionados.

 

 

Derecho a la educación para todos los niños/as con necesidades educativas especiales.

 

Los principios básicos que deben orientar la política educativa para todos los niños y niñas, son los mismos que para los que tienen alguna discapacidad; principios consagrados en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos y más particularmente en la Convención sobre los Derechos del Niño

 

La Convención Internacional de los Derechos del Niño tiene una propuesta muy clara en torno a la educación, en ella se establece:

 

La educación es un derecho de todos los niños/as

 

El acceso a este derecho debe estar eximido de discriminación e inspirado en la igualdad de oportunidades.

 

Se debe garantizar al interior del sistema escolar un trato compatible con la dignidad humana.

 

La educación se orientará por objetivos de calidad, que desarrollen al máximo las capacidades del niño, preparándole para la vida adulta.

 

La educación debe realizarse en medio de una convivencia respetuosa de los  derechos humanos, la libertad, la justicia, respeto y la promoción de la participación de los niños en los asuntos de su interés.

 

 

 

El eje central de esta Convención es que consigna a los niños, como sujetos de derecho, lo que implica un cambio sustantivo en la  relación entre los niños/as, el mundo adulto y el Estado.

 

El hecho de que niños y niñas sean titulares de derecho, hace necesario implementar cambios legales, institucionales y culturales para que  estos derechos sean efectivamente respetados y puedan ser exigidos.

 

La escuela  por lo tanto, debe ser un instrumento donde se favorezca la igualdad de oportunidades para todos, además de un espacio de integración social, donde se conoce, comparte y convive con personas provenientes de otros grupos sociales y se aprende a respetar y valorar las diferencias individuales.  Se busca la mayor calidad educativa para todos, para lograr su plena participación e integración social y productiva en el mundo adulto.  

 

La escuela debe ser el espacio privilegiado, en que aprendamos a convivir con los otros, y en que cada uno tenga la oportunidad de desarrollar al máximo sus capacidades de aprendizaje.

 

Otro aspecto importante es que la Convención de los Derechos del Niño en su artículo   segundo, deja en claro que los niños/as no deben ser objeto de ningún tipo de discriminación. Esto no significa tratar a todas  las personas de la misma manera, sino por el contrario, ofrecer las ayudas y oportunidades que cada persona necesita de acuerdo a sus características y necesidades individuales.

 

Por lo tanto, implica que los Sistemas Educativos han de proveer los recursos humanos, materiales y financieros necesarios para que los niños/as con NEE, cuenten con las ayudas necesarias que faciliten su proceso de aprendizaje y su autonomía personal. En este sentido, la  igualdad de oportunidades no hay que entenderla sólo en relación con el acceso a la educación, sino con el derecho a una educación de igual calidad

 

 

 

BASES CURRICULARES: UN MARCO ORIENTADOR PARA LA ATENCIÓN DE LA DIVERSIDAD

 

Las Bases Curriculares de la Educación ofrecen una gran oportunidad de poder generar cambios significativos y de calidad en la educación de niños y niñas, señalando como propósito: “Favorecer una educación de calidad, oportuna y pertinente, que propicie aprendizajes relevantes y significativos en función del bienestar, el desarrollo pleno y la trascendencia de la niña y del niño como personas”.

 

El desarrollo de una educación integral como la  proponen  las Bases Curriculares, implica cambios en el ámbito del Sistema y de las Políticas Educativas, en el funcionamiento de los establecimientos, en las actitudes y prácticas de los docentes y en los niveles de relación de los distintos actores.

 

Es una Reforma que se propone impactar en forma paulatina y global todas las dimensiones de la sociedad, transformar el Sistema Educativo en instrumento de integración social y así dar respuesta a la diversidad de necesidades educativas que presentan niños/as y jóvenes de nuestro país.

 

Las nuevas exigencias y competencias técnicas que demandan estos nuevos enfoques educativos, ponen en evidencia la necesidad de remirar las formas de enseñar y aprender desde y para la diversidad,  esto implica que las comunidades educativas enriquezcan y flexibilicen el currículo y sus prácticas pedagógicas de acuerdo a las características de las comunidades a las que los niños pertenecen y a las diferencias individuales de cada alumno en particular; trabajen de manera colaborativa con la familia y con otros profesionales; realicen una gestión eficaz de los recursos humanos y materiales  (biblioteca, informática educativa), así  como de la infraestructura escolar.

 

BASES CURRICULARES, NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES NEE  Y TRABAJO CON FAMILIA

En las Bases Curriculares se le reconoce a la familia su rol fundamental como primera educadora de sus hijos y  responsable de los procesos de socialización,  adquiriendo un profundo sentido por ser transmisora de la cultura local, compartiendo con la Educación un diálogo, que complementa la labor educativa y genera experiencias de desarrollo y aprendizaje que potencian a los niños/as.

En esta perspectiva cada niño/a  tiene  su propio contexto que influye decisivamente en el desarrollo de competencias, habilidades, intereses, capacidades, aspectos que deben ser considerados como el punto de partida para desarrollar y descubrir sus potencialidades y dar respuestas a sus necesidades.

 

Los educadores y adultos cercanos a los niños, constituyen un elemento esencial en el desarrollo de los procesos de aprendizaje, generando una gama de experiencias y posibilidades a través de la interacción, exploración, creación e integración que enriquecen su ambiente educativo.

 

Es importante una relación de colaboración entre todos los implicados en el proceso educativo de niños/as con NEE, entre los directivos de los establecimientos y los profesores, entre docentes, entre educadores, especialistas y padres, entre los propios niños/as. Las familias han de participar en las actividades de la escuela, en el apoyo de determinados aprendizajes en el hogar y en el control de los progresos de sus hijos/as.

 

 

EDUCACIÓN CON  CALIDAD Y EQUIDAD

 

Avanzar en el principio de la Calidad, requiere de un currículum abierto y flexible, condición fundamental para responder a la diversidad, ya que permite tomar decisiones ajustadas a las diferentes realidades sociales, culturales e individuales.

La respuesta a la diversidad implica además un currículum amplio y equilibrado en cuanto al tipo de capacidades y contenidos que contempla. Los enfoques metodológicos deben estar centrados en el niño/a, facilitando la diversificación y flexibilidad de la enseñanza, de modo que sea posible personalizar las experiencias de aprendizajes comunes. El punto central es cómo organizar las situaciones de aprendizaje de forma que todos los niños/as participen sin perder de vista las necesidades y competencias específicas de cada uno.

En varios países latinoamericanos se están desarrollando programas de integración escolar para los distintos grupos con discapacidad, estableciendo como referente para la educación de estos niños/as, el currículum común con las adaptaciones necesarias.

Una política de integración de niños con necesidades educativas especiales (NEE), equipara las oportunidades de la población que presenta mayores barreras de aprendizaje, avanzando así, hacia la construcción de comunidades educativas inclusivas.

 

 

 

Opciones educativas para los niños y niñas con necesidades educativas especiales NEE:

 

El programa de Educación Especial de la División de Educación General del Ministerio de Educación, es una modalidad de tipo transversal e interdisciplinaria, encargada de potenciar y asegurar el cumplimiento del principio de equiparación de oportunidades de niños/as y jóvenes que presentan necesidades educativas especiales(NEE), derivadas o no de una discapacidad en todos los niveles y modalidades del sistema escolar.

 

Sus propósitos generales apuntan a asegurar aprendizajes de calidad a todos los niños/as y jóvenes con NEE, velar por que estos niños reciban los apoyos técnicos y materiales necesarios que les permitan progresar y participar, parcial  o temporalmente del aprendizaje escolar.

Una de las metas también muy importantes para este programa es promover la atención a la diversidad y la aceptación de las diferencias individuales en el sistema educativo regular.

 

Existen distintas ofertas educativas a través de las cuales se desarrolla este programa:

 

a) Establecimientos de educación regular:

con Proyectos de Integración (PIE) y grupos

diferenciales.

 

Los proyectos de Integración Escolar son una estrategia o medio que dispone el Sistema Educacional que permite obtener los recursos humanos y materiales para dar respuestas educativas ajustadas a niños, niñas o jóvenes con NEE ya sea derivadas de una discapacidad o con Trastornos específicos del lenguaje (TEL) en la educación regular.

 

El trabajo pedagógico con los niños/as integrados, debe tener como marco, las Bases Curriculares tanto para Educación Parvularia y/o Educación Básica según corresponda.

 

Los grupos diferenciales  de los establecimientos de Educación Regular tienen como propósito atender alumnos y alumnas  con NEE  no asociadas a una discapacidad, que presentan problemas de aprendizaje y/o adaptación escolar. Para estos efectos los establecimientos educacionales cuentan con un docente especialista en Educación Especial y/o Diferencial.

 

 

b) Escuelas Especiales: que ofrecen servicios educativos a niños/as con discapacidad: intelectual, auditiva, visual y motora con graves alteraciones en la capacidad de relación, comunicación y trastornos de comunicación oral.

 

Las Escuelas Especiales de Lenguaje en la actualidad, ofrecen servicios educativos a niños/as entre 3 y 6 años de edad, con trastornos específicos del lenguaje (TEL), que no reciben ningún tipo de atención educativa formal regular y a niños/as de Escuelas Especiales con trastornos específicos del lenguaje y/o de escuelas básicas con proyectos de integración aprobados por el Ministerio de Educación.

 

c) Las escuelas y aulas hospitalarias ofrecen servicios educativos compensatorios a niños/as del sistema regular y especial que por problemas de salud, deben permanecer en centros hospitalarios o en tratamiento ambulatorio durante un período sostenido de tiempo.

 

     

INTEGRACIÓN ESCOLAR

 

Se entiende la integración escolar como la herramienta educativa del principio de normalización, es decir el derecho de las personas con discapacidad a participar en todos los ámbitos de la sociedad, recibiendo el apoyo que necesitan en el marco de las estructuras comunes de educación. El principio de integración se sustenta en el derecho que tiene toda persona con discapacidad a desarrollarse en la sociedad sin ser discriminados.

 

La integración escolar implica una nueva forma de concebir los procesos educativos, de abordar las diferencias individuales de los alumnos  y de utilizar los recursos humanos, materiales y técnicos que puedan existir tanto en el establecimiento educacional como en su entorno.

 

Desde esta perspectiva, la política de la integración escolar del Ministerio de Educación, responde al derecho a la educación, a la participación y a la no discriminación que tienen todos los niños, niñas y jóvenes del país. Se basa en una serie de acuerdos internacionales firmados y ratificados por Chile y está normada por la Ley Nº 19.284 y su reglamento de educación, Decreto Supremo 01/98.

 

 

   

Antes de proporcionar algunas sugerencias para la detección de los niños con

necesidades educativas especiales, queremos plantear algunas situaciones sobre las que consideramos necesario reflexionar:

 

La identificación de las necesidades educativas especiales no es una responsabilidad única y exclusiva de la maestra o maestro del grupo.

 

Ciertamente, el profesor está en una posición privilegiada para observar a los niños, pero la detección de las necesidades y la delimitación de los apoyos pertinentes es una responsabilidad del personal de educación especial e implica necesariamente un trabajo conjunto con los maestros y los padres.

 

Es de la mayor importancia que la detección de los problemas y los apoyos necesarios no se conviertan en etiquetas a partir de las cuales deba concebirse a los alumnos; ya la historia y la situación actual nos muestran las consecuencias negativas que esto puede tener sobre el destino de los niños.

 

El diagnóstico debe enfatizar las acciones que podemos realizar para ayudar al alumno, y no debe servir solamente para ponerle un nombre a sus problemas ni para determinar la etiología (origen) de los mismos. Debe, asimismo, subrayar las capacidades del niño, sin perder de vista sus limitaciones. Es cierto que en el ámbito médico el diagnóstico y la etiología definen el tratamiento que debe ofrecerse al paciente, pero para fines educativos en donde el alumno no es un paciente no nos indican cómo debemos tratarlo. Por ejemplo, si un niño es diagnosticado como

“autista” ¿qué procede en nuestro trabajo como maestros?, ¿qué acciones concretas podemos desarrollar con él en el aula?

 

♦ Ciertamente, a otros profesionales les puede resultar muy útil el diagnóstico realizado bajo los supuestos del modelo médico. A los audiólogos, por ejemplo, saber que los problemas auditivos de un niño se ubican en el oído medio o interno puede representar una enorme diferencia, pues se podrá prescribir una intervención quirúrgica o el uso de un auxiliar auditivo. Saber si la sordera fue provocada por un trauma acústico o por factores genéticos también puede hacer una gran diferencia.

 

En el primer caso, hay posibilidades de que el niño recupere la audición, así sea parcialmente; en el segundo, el pronóstico estará mucho más comprometido, ya que influyen otras circunstancias. Esta información es importante para que el maestro comprenda mejor la situación del niño, pero no para cuestiones estrictamente relacionadas con su trabajo pedagógico.

 

♦ Los profesores deben tener muy claro que una discapacidad no es una condición que solamente está en el niño, sino que el ambiente juega su parte (con mucha frecuencia la más importante). Si el chico tiene problemas para oír, por ejemplo, unos buenos auxiliares auditivos, un ambiente áulico no agresivo desde el punto de vista sonoro (cortinas gruesas que amortigüen el ruido, tapetes o alfombra, un clima de trabajo sin gritos), y la puesta en marcha de algunas estrategias por parte del profesor (dirigirse al grupo de tal forma que siempre esté cerca y de frente al niño con este problema, apoyar sus explicaciones con recursos visuales, permitir y fomentar que lea las notas de su compañero de banca), disminuirán las limitaciones de tal manera que incluso pasen desapercibidas.

 

♦ Todo diagnóstico tiene un grado de confiabilidad limitado. Ante algún padecimiento físico, a muchos de nosotros nos ha pasado que un médico diagnostica una hernia mientras otro dice que se trata de apendicitis. Es cierto que hay discapacidades que son muy evidentes, como la ceguera, pero en otras se debe tener un cuidado extremo, pues no es difícil equivocarse (por ejemplo, es posible que un especialista piense que un niño tiene rasgos autistas, mientras otro puede hablar de discapacidad intelectual). También puede ser que el diagnóstico sea confuso. En todo caso dado que lo que más interesa es definir cómo ayudar al niño es indispensable plantearse preguntas para profundizar en el conocimiento de la situación del niño o la niña.

 

Por ejemplo, si tenemos un niño sordo podemos preguntarnos ¿de qué tipo y grado es la pérdida?, ¿a qué edad se detectó su problema?, ¿a qué edad se inició la atención?¿qué tipo de tratamiento recibió y dónde? En caso de utilizar auxiliares auditivos, ¿de qué tipo son?, ¿cómo es el molde?, ¿los usa regularmente?, ¿siempre trae la pila en buen estado?

 

♦ Aun cuando en ocasiones parezca que los apoyos requeridos por el alumno rebasan las posibilidades de atención del maestro, es necesario ofrecer algún tipo de ayuda mientras se determinan o consiguen los apoyos específicos pertinentes. Por ejemplo: Sebastián es un chico de nueve años que acude de manera irregular a la escuela, pues se enferma con frecuencia. Se le nota triste, apático, pálido, ojeroso, desmotivado. Tarda más que el resto del grupo en hacer algunos trabajos.

 

Constantemente deja de prestar atención a lo que dice su profesor, dando la impresión de que se desconecta de este mundo para refugiarse en uno de fantasía. Durante los recreos se aísla, si acaso se sienta en cualquier lado a platicar distraídamente con algún niño que se le acerque.

 

Su profesor notó que, a pesar de que lleva comida, apenas si la prueba, prefiriendo los líquidos al alimento sólido. En alguna ocasión una niña le quitó un lapicero muy bonito, envidia de otros chicos, y a Sebastián pareció no importarle; no hizo esfuerzos serios por recuperarlo.

 

Los datos anteriores sugieren que Sebastián probablemente pasa por una etapa depresiva. ¿Qué la ocasiona?

El maestro intentó acercarse, pero el niño se negó a contestar sus preguntas. ¿Qué puede hacer el profesor? Podría, por ejemplo, llamar a alguno de los hermanos del niño (que asisten a la misma escuela), para intentar saber qué pasa con Sebastián.

 

Debería llamar a la madre y al padre, para que le informen lo que sucede y externarles su preocupación. Podría solicitar el apoyo del personal de educación especial, en caso de que sea posible. Debería exigir a los padres que llevaran al chico al DIF (Desarrollo Integral de la Familia) o a alguna otra institución de salud. Podría enviar a Sebastián con un psicólogo o médico amigo para que lo vean.

 

Sin embargo, todo lo anterior probablemente tome mucho tiempo. ¿Y mientras? ¿Qué pasa con el aprendizaje del niño? Es aquí donde el maestro tiene que echar mano de todos sus recursos para ayudar a Sebastián.

Obviamente, el maestro no puede “curar” al niño de su probable depresión.

Pero sí hay muchas acciones que puede emprender:

 

La primera, y tal vez la más importante, es mostrar su preocupación, interés y afecto hacia el niño, involucrándolo en actividades sencillas como borrar el pizarrón o llevar un recado al director, solicitándole ejercicios sencillos que resuelva sin mayor problema y alabándolo por sus esfuerzos, o  jugando con él y con otros niños durante el recreo. En otras palabras, puede proporcionarle un ambiente en el que Sebastián se sienta seguro, protegido, estimulado e, inclusive, exigido de acuerdo con sus capacidades. Si el ambiente hogareño en que vive Sebastián es muy violento o peligroso, el maestro puede construirle un ambiente seguro, cálido, grato, de aceptaciónen la escuela y en su grupo (no está de más decir que un ambiente de este tipo beneficiará a todos sus alumnos). ¿Qué pasaría con Sebastián si, en vez de hacer todo lo anterior, el maestro califica sus trabajos con un número inferior al seis, con tinta roja y lo regaña acremente por su mal desempeño? ¿Qué pasaría si, frente a sus compañeros lo llama flojo, descuidado, inútil?

 

♦ A los niños se les involucra en la evaluación psicopedagógica por distintas razones: en ocasiones los padres toman la iniciativa y solicitan al personal de educación especial que la realicen; otras, el personal de educación especial visita los salones para observar a los alumnos y detectan quiénes pueden requerir este tipo de evaluación. Pero lo más frecuente es que los maestros y las maestras soliciten este servicio, aunque algunas veces se sienten inseguros respecto a qué alumnos valorar.

 

En este sentido, es importante tener presente que la evaluación psicopedagógica es un procedimiento costoso ya que son varias las personas que deben participar y puede tomar mucho tiempo por lo que es necesario ser muy cuidadosos en la selección de los alumnos que deben ser evaluados. Es frecuente escuchar a maestros decir: “en mi grupo, por lo menos la mitad de mis alumnos tienen necesidades educativas especiales”, pero esto no es posible; si se considera la definición que se ha proporcionado con respecto a quiénes son los niños con estas necesidades, se verá que sólo excepcionalmente habrá más de uno o dos alumnos por grupo que estén en esa situación.

 

Identificación inicial de niños con necesidades educativas especiales

Procedimiento inicial

 

El proceso de detección de los niños que pueden presentar necesidades educativas especiales consiste, básicamente, en tres etapas:

1. Realización de la evaluación inicial o diagnóstica del grupo. Mediante pruebas iníciales, el maestro conoce el grado de conocimientos de los alumnos de su grupo a principio del ciclo escolar. Esta evaluación formal es complementada por las observaciones informales que realizan los profesores, de manera que no solamente se considera el grado de conocimientos de los alumnos, sino las formas en que se socializan, sus estilos y ritmos de aprendizaje, sus intereses y preferencias, etcétera.

Con esta base se realizan ajustes generales a la programación, para adaptarla a las necesidades observadas.

 

2. Evaluación más profunda de algunos niños. Aún con los ajustes generales a la programación, algunos alumnos mostrarán dificultades para seguir el ritmo de aprendizaje de sus compañeros de grupo. El maestro los observa de manera más cercana y hace ajustes a su metodología, de tal forma que involucra a estos niños en actividades que les permitan disminuir la brecha que hay entre ellos y el resto del grupo.

 

3. Solicitud de evaluación psicopedagógica. A pesar de las acciones realizadas, algunos alumnos seguirán mostrando dificultades para aprender al mismo ritmo que sus compañeros, por lo que será preciso realizar una evaluación más profunda. Lo que procede entonces es solicitar que el personal de educación especial organice la realización de la evaluación psicopedagógica, pues el profesor o profesora ha hecho lo que estaba a su alcance para ayudar a estos niños con dificultades.

 

Para saber quiénes son los alumnos que probablemente presentan necesidades educativas especiales, le sugerimos realice los ejercicios que se presentan a continuación. El primero lo llevará a una reflexión más profunda sobre el concepto de necesidades educativas especiales; el segundo le permitirá identificar a los alumnos de su grupo que probablemente las presentan.

 

EJERCICIO

Actividad: Alumnos con necesidades educativas especiales5

Objetivo: Identificar a los niños que probablemente presentan necesidades educativas especiales.

 

Procedimiento:

 

1. Consulte nuevamente el apartado De la discapacidad a las necesidades educativas especiales.

2. Individualmente responda las preguntas del cuestionario Alumnos con necesidades educativas especiales, que se presenta a continuación.

 

3. En lo posible, comparta los resultados del ejercicio con sus compañeros y con el director de la escuela.

 

Puntos para la reflexión:

 

a) Realmente, ¿qué son las necesidades educativas especiales?

b) ¿Qué diferencias encuentra entre los conceptos de discapacidad y de necesidades educativas especiales?

 

Alumnos con necesidades educativas especiales

Cuestionario

 

1. En su opinión: ¿quiénes son los alumnos que presentan necesidades educativas especiales?

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

Actividad desarrollada a partir del material “Necesidades educativas especiales en la escuela ordinaria”. MEC,

Madrid, 1989.

8

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

2. Piense en algún alumno que conozca bien, del que sepa claramente que tiene problemas para seguir normalmente el ritmo de aprendizaje de la mayoría de sus compañeros, y describa brevemente los problemas más importantes que observa en él:

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

3. ¿Qué se puede hacer para resolver los problemas de ese niño?

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

4. Piense nuevamente en el mismo alumno. Con la descripción que ha hecho de los problemas que presenta y de lo que se puede hacer para resolverlos, intente clasificarlos en una de las tres categorías siguientes:

 

Problemas cuya solución depende fundamentalmente del maestro

Problemas cuya solución depende del maestro de grupo con apoyo del personal de educación especial

Problemas cuya solución no está en manos del docente ni del personal de educación especial

 

Consideraciones sobre el ejercicio

 

Si solamente llenó la primera columna (“Problemas cuya solución depende fundamentalmente del maestro”), el alumno en cuestión no presenta necesidades educativas especiales. Esto no quiere decir que esté libre de dificultades, pero no requiere apoyos distintos a los que habitualmente se encuentran en la escuela y el aula regular.

 

Si también llenó la segunda columna (“Problemas cuya solución depende del maestro de grupo con apoyo del personal de educación especial”), es probable que sí se trate de un alumno con necesidades educativas especiales. Sin embargo, se tendrían que aclarar algunas cuestiones:

 

Probablemente le resulte difícil definir cuándo es necesario el apoyo del personal de educación especial, por desconocer los alcances y limitaciones que la actividad de estos profesionales puede tener en las escuelas. En este caso, es conveniente que se acerque a alguno de los integrantes de la USAER que atiende a su escuela y le solicite esta información.

·          

b) El hecho de necesitar la intervención de un especialista no significa que el profesor deje de lado su responsabilidad sobre este chico. Es muy probable que el especialista precise las necesidades educativas especiales del alumno, pero muy frecuentemente su intervención será solamente orientadora, sugiriendo a los padres formas de ayudar a su hijo y al profesor estrategias para el trabajo en el aula o para realizar adecuaciones curriculares. Sólo en casos muy particulares trabajará con los alumnos en lo que se conoce como

“aula de apoyo”.

 

c) La participación activa de los padres de familia es fundamental. No son raros los casos en los que el simple hecho de que ellos estén conscientes de que su hijo presenta alguna necesidad especial, propicia un avance considerable en su resolución.

 

d) Cuando no hay personal de educación especial en las escuelas, es mucho lo que puede hacerse cuando los compañeros docentes apoyan al profesor del alumno con dificultades.

 

Si también llenó la tercera columna (“Problemas cuya solución no está en manos del docente ni del personal de educación especial”), lo más probable es que el alumno sí presente necesidades educativas especiales, pero que tanto el personal de educación regular como el de especial juzguen conveniente remitir al niño a alguna institución para que reciba una atención complementaria, o derivarlo a otra institución para su educación.

 

Por ejemplo, si el alumno presenta epilepsia, necesitará consultar al neuro pediatra para que éste le prescriba medicamentos que permitan el control de su problema, pero el niño seguirá asistiendo a la escuela regular. Si se trata de un autismo muy severo, que se manifiesta en una conducta incontrolablemente agresiva, probablemente se tenga que canalizar al alumno a alguna institución. Por su trascendencia, esta última decisión deben tomarla los padres, con la orientación y apoyo de los docentes regulares y del personal de educación especial.

 

¿Cómo detectar a los alumnos con necesidades educativas especiales?

 

La detección de los alumnos con necesidades educativas especiales no depende exclusivamente del maestro regular, por lo que no implica que se convierta en un experto en educación especial. Lo que sí es indispensable es que el profesor se convierta en un observador interesado, agudo e ingenioso de sus alumnos, de manera que detecte problemas en ellos y destaque sus habilidades:

 

Detectar problemas. Es evidente que los profesores son los indicados para detectar si alguno o algunos niños aprenden con un ritmo marcadamente diferente al del resto del grupo. Más aún, sus posibilidades de relación con ellos les permiten identificar, hasta cierto punto, cuando alguno parece tener problemas físicos y/o emocionales.

 

Saber que un niño tiene problemas representa una parte de la situación; la otra es definir cuándo, quién y cómo ayudarlo. Insistimos en que, independientemente de que el alumno necesite apoyo especializado, generalmente no deja de ser responsabilidad del profesor. Es mucho lo que el maestro puede hacer, aún en los casos en que el problema se ubique fuera de su campo principal de acción.

 

Si un niño es excesivamente agresivo, por poner un ejemplo, el maestro no puede esperar a que reciba un tratamiento psicológico o farmacológico que le ayude a superar el problema; algo debe hacer para proteger al resto del grupo y al mismo niño, y para acercarlo a los propósitos establecidos en los planes y programas. Este algo puede consistir en acercar al alumno a su escritorio o sentarlo con niños más grandes, hablar con los padres, poner en marcha un programa de modificación de su conducta, etcétera.

 

b) Destacar las habilidades. El maestro debe tener claro que, desde el punto de vista educativo, en todo lo que haga debe considerar las capacidades de los niños, otorgando una importancia secundaria a las carencias. Destacar las habilidades permite diseñar estrategias para capitalizarlas, en vez de utilizar las deficiencias como excusas para justificar lo que no se hace.

 

Más adelante proporcionaremos algunas sugerencias para realizar una evaluación  más profunda de los niños que probablemente presentan necesidades educativas especiales, especificando el papel que juega el maestro de grupo. En principio, podemos señalar que es el maestro regular quien indica a cuáles niños es importante evaluar. La siguiente actividad puede ser útil en este sentido:

 

 

EJERCICIO 4

 

Actividad: Detección de los niños que probablemente presentan necesidades educativa especiales.

 

Objetivo: Definir cuáles niños requieren de una observación más particularizad (evaluación psicopedagógica) para determinar si presentan necesidades educativas especiales.

 

Procedimiento:

 

Tal como vayan apareciendo en su mente, escriba en una hoja, numerándolos, los nombres de tres niños de su grupo (no utilice el orden alfabético ni de aparición en alguna lista).

 

2. Posteriormente escriba, en el orden en que vaya recordándolos, los nombres de todos los alumnos de su grupo, numerándolos después de los anteriores. Si al terminar se da cuenta que le faltan niños, consulte su lista para identificarlos y escríbalos.

 

3. Concéntrese en los tres primeros niños que escribió en su lista. ¿Por qué los eligió?

 

Escriba su respuesta junto al nombre de cada niño.

 

4. Concéntrese ahora en los últimos tres niños que anotó. Trate de dar alguna respuesta al hecho de anotarlos al final. Escriba su respuesta junto al nombre de cada niño.

 

5. Es muy probable que entre los tres niños que evocó en primer lugar, así como entre los tres que anotó al último haya niños que requieran de una observación más particular, debido a que presentan ciertos problemas. Ponga una marca especial a los nombres de esos niños.

 

6. Si tiene dudas, revise brevemente los nombres de todos sus alumnos, uno a uno, para identificar si alguno de ellos faltó en su lista de niños a observar con más detenimiento.

 

7. Complete el siguiente cuadro para cada uno de los niños que considere que tienen algún problema.

 

Problemas cuya solución depende fundamentalmente del maestro.

 

 

Problemas cuya solución depende del maestro de grupo con apoyo del personal de educación especial.

 

 

Problemas cuya solución no está en manos del docente ni del personal de educación especial.

 

 

Consideraciones sobre el ejercicio

 

Es conveniente comentar las respuestas del ejercicio anterior con los colegas, el director  o el personal de educación especial, ya que los distintos puntos de vista enriquecerán los resultados. Además, muchas cabezas encuentran más opciones que una sola. Por ejemplo, si en el tercer casillero anotó que Maricela es una niña que constantemente llega con moretones, que a ratos parece refugiarse en sus fantasías, que en ocasiones es muy violenta con sus compañeros, lo más probable es que usted, el personal de apoyo, el director o alguno de sus compañeros realicen gestiones para que la atiendan en algún servicio del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), o bien que hablen con sus padres para que ellos la lleven a consulta en alguna otra institución de su localidad.

 

Como resultado del ejercicio ahora tiene usted una lista de no más de seis alumnos a quienes le sugerimos observar con mucho cuidado. Las respuestas registradas en el segundo casillero implican la participación de los especialistas; si en la zona en que se ubica la escuela no se cuenta con ellos, usted podría consultarlos en otros lugares. Habitualmente el personal de educación especial muestra buena disposición y deseos de ayudar, aún cuando los requerimientos que reciban sean ajenos a su trabajo institucional.

Por definición, todos los problemas anotados en el tercer casillero requieren de la atención de personal o servicios distintos a la escuela. Conviene que, junto con el personal de educación especial, se elabore una lista de los servicios que se prestan en la comunidad en que se ubica la escuela o en las más cercanas a ella (ya sea del DIF, el Sistema de Salud, hospitales, instituciones privadas o profesionales que realizan práctica privada).

 

En caso de que en su comunidad o cerca de ella no haya servicios públicos para atender a los niños y sólo se encuentre alguno de carácter privado, no se desanime; es frecuente que estas instituciones o profesionales sean sensibles a la problemática de la comunidad. Una solicitud de servicios enviada por la escuela puede representar una buena posibilidad para que a sus alumnos les hagan descuentos sustanciales o incluso de que los atiendan sin costo.

 

Cuando esto último sucede, es recomendable informar a quien proporcionó el servicio sobre los progresos de los niños. Una carta de agradecimiento a nombre de la escuela siempre es bienvenida y contribuye a mantener una buena relación.

 

Ahora bien, las sugerencias que proporcionaremos en relación con la evaluación psicopedagógica deben tomarse estrictamente como tales: son orientaciones para identificar si un niño o niña tiene necesidades educativas especiales, para perfilar de qué, tipo y para determinar los apoyos que requiere. Como podrá apreciarse, estas sugerencias en principio fueron pensadas para los especialistas, pero estamos convencidos de que también pueden ser de utilidad para los profesores de educación regular y para el personal de educación especial en general, por las siguientes razones:

 

Para los profesores de las escuelas que cuentan con el apoyo de educación especial, porque así sabrán cómo participar y qué resultados pueden esperar.

 

 A los profesores de escuelas que no cuentan con el apoyo de educación especial, les permite conocer la forma en que se realiza una evaluación psicopedagógica. Así, estarán en condiciones de valorar cuáles mecanismos pueden aplicar para identificar el tipo de apoyos que precisan algunos de sus estudiantes.

Para el personal de educación especial porque el enfoque de esta evaluación, en el contexto de la integración educativa, es muy distinto del tradicional.

 

 

La evaluación psicopedagógica en el contexto de la atención a los niños con necesidades educativas especiales

 

Generalidades

 

La evaluación psicopedagógica constituye un procedimiento ampliamente utilizado para profundizar de manera sistemática en el conocimiento de los niños. Habitualmente la realiza uno o varios especialistas y puede ser de gran ayuda para aquellas personas que, de una u otra forma, están en estrecha relación con el niño evaluado. Sin embargo, hasta ahora la práctica común ha sido que dicha evaluación se realice de acuerdo con el siguiente procedimiento general:

 

1) Se lleva a cabo en el gabinete del especialista, lo que implica sacar al niño de su contexto natural.

 

2) Se le aplica al alumno una batería de pruebas predeterminadas, muchas veces diseñadas para niños de otras culturas y que, incluso, ni siquiera han sido normalizadas y/o estandarizadas.

 

3) Se proporcionan resultados basados en un análisis cuantitativo y con un lenguaje técnico que, con mucha frecuencia, únicamente los especialistas comprenden.

 

4) Por lo anterior, es frecuente que los resultados de esta evaluación solamente sean útiles para que el especialista planee y desarrolle un tratamiento terapéutico individualizado, y no ofrezca información práctica para el maestro o maestra del alumno evaluado.

 

En el contexto de la integración educativa, la evaluación psicopedagógica debe concebirse como un proceso que aporte información útil principalmente para los profesores de educación regular, quienes podrán así orientar sus acciones para ,satisfacer las necesidades educativas de sus alumnos.

 

En el marco de la atención a los niños con necesidades educativas especiales no se puede prescindir de una evaluación psicopedagógica cuya finalidad sea la de ofrecer elementos suficientes y oportunos relacionados con las capacidades, habilidades, dificultades, gustos e intereses del niño al que se evalúa, ya que con esa base se determinan las adecuaciones curriculares pertinentes. En este sentido, hay dos preguntas que guían el procedimiento de evaluación:

 

¿Para qué me sirve el dato o la información que estoy obteniendo?

¿Qué acciones concretas se pueden poner en marcha a partir de esta información?

 

Además, quienes realicen la evaluación psicopedagógica deberán:

_ Orientar la evaluación con una perspectiva más pedagógica y no exclusivamente clínica, lo cual requiere de un trabajo estrecho entre el especialista, el maestro regular y los padres de familia; en conjunto, estas figuras estarán en posibilidad de integrar la información suficiente sobre el proceso de desarrollo por el que atraviesa el niño o la niña, sobre sus capacidades, su estilo y ritmo de aprendizaje, sus dificultades para apropiarse de ciertos conocimientos escolares, sus actitudes, sus intereses, su conducta, etcétera.

 

_ Partir del principio de que para profundizar en el conocimiento del niño o la niña deberán privilegiar la observación directa de su desempeño cotidiano en el aula y de otras actividades llevadas a cabo fuera de ella. De esta manera se enfatiza el carácter educativo del proceso de evaluación.

 

_ Considerar que los puntos anteriores no implican la eliminación de los instrumentos psicométricos. Estos instrumentos pueden aportar información útil, siempre y cuando se seleccionen cuidadosamente y se realice una interpretación cualitativa de los resultados cuantitativos, en un sentido que destaque abiertamente las potencialidades y cualidades del niño, el nivel en el que puede realizar una tarea por sí mismo y lo que solamente puede hacer con ayuda de otra persona. De esta manera, el maestro regular podrá planear y desarrollar un programa de trabajo, brindando al alumno

19 mejores y más variadas oportunidades para acceder al aprendizaje académico y social que pretende la escuela.

 

_ Tomar en cuenta que el reporte de los resultados de la evaluación será leído y comentado dentro de los límites de confidencialidad que impone una evaluación de este tipo no sólo por el personal de apoyo, sino también por el maestro regular y por los padres de familia. Por esta razón, es necesario que el especialista cuide no sólo el tipo de información que va a comunicar sino también la manera en que lo hace, es decir, deberá procurar que el lenguaje empleado sea claro y preciso, de tal forma que cualquier persona pueda entender la explicación que se ofrezca sobre la situación del niño y las pautas de trabajo pedagógico a seguir.

 

Por consiguiente, una buena comunicación entre los especialistas, el maestro de grupo y los padres es imprescindible para tener éxito con el programa de trabajo que se proponga.

 

Características de la evaluación psicopedagógica y su organización

 

A continuación se señalan algunas características que a nuestro parecer deben distinguir a una evaluación psicopedagógica. No se pretende proporcionar un formato al que deban sujetarse los especialistas, sino identificar los principales elementos que permiten realizar un proceso evaluativo lo más completo posible, la integración y organización de la información, y la comunicación de los resultados.

 

1. Datos personales

La información que interesa para este apartado está relacionada con los datos generales del niño o la niña evaluada y de sus padres. Los datos que se requieren del niño son su nombre, edad en años y meses, fecha de nacimiento, tipo de escuela a la que asiste y nivel y grado que cursa. En relación con los padres, conviene conocer su domicilio, nombre, edad, escolaridad y ocupación.

 

Estos datos permiten identificar al niño, comparar su edad cronológica con su escolaridad, así como conocer la preparación de sus padres, de la cual a veces depende el tipo de estimulación que ha recibido el alumno.

 

Es importante incluir en este apartado la fecha que comprende la evaluación y el nombre de las personas que participaron en su realización.

 

2. Motivo de la evaluación

 

Es importante destacar aquí la razón por la que se determinó evaluar al niño o la niña, así como la persona o institución que solicitó este servicio. Es importante hacer un esfuerzo especial para definir el motivo por el cual se solicitó la evaluación, pues en ocasiones se dan razones muy vagas. Por ejemplo, puede solicitarse la evaluación porque el alumno presenta “problemas de conducta”, categoría que incluye infinidad de situaciones.

 

Al mencionar el motivo de la evaluación también podrían comentarse las acciones que se han realizado para ayudar al niño o la niña en cuestión, es decir, lo que el maestro con o sin el apoyo del personal de educación especial realizó en cuanto a observaciones o ajustes en su práctica cotidiana.

 

La información obtenida permitirá identificar el tipo de instrumentos que sería más conveniente aplicar, así como qué información se desconoce y, por tanto, debe indagarse.

 

Apariencia física

 

Es necesario registrar los rasgos físicos del niño y, en su caso, destacar alguna señal muy particular (estatura, peso, color y textura de la piel, postura y locomoción, etcétera).

 

Estas características suelen ser indicadores importantes sobre el tipo de alimentación que recibe, el cuidado que se tiene de su persona, la atención que recibe de sus padres, entre otros, y permiten tener una imagen global de la persona de quien se habla. Estos datos deberán presentarse de manera muy general, a menos que el motivo de la evaluación indique que es necesario profundizar.

 

Conviene en este momento hacer una advertencia: con frecuencia estos datos son malinterpretados, generando prejuicios. No resulta extraño que se piense que un niño enfrenta dificultades serias simplemente por el hecho de pertenecer a una familia económica y socialmente desfavorecida1. Debe quedar claro que las condiciones de pobreza coadyuvan, pero por sí mismas no determinan la aparición de necesidades educativas especiales.

 

Conducta durante la evaluación

 

Se recomienda registrar, también de manera general, las condiciones en las que se llevó a cabo la evaluación, sobre todo si no fueron las más apropiadas y se piensa que pudieron interferir con los resultados obtenidos por el niño o la niña.

Lo que interesa reportar en este rubro es la actitud, el comportamiento, el interés y la cooperación que mostró el alumno ante las tareas asignadas y la relación que se estableció entre éste y el examinador. Se sugiere señalar también el compromiso mostrado por los padres y el mismo niño en la asistencia y puntualidad a cada una de las sesiones de evaluación.

No hay comentarios: