miércoles, 14 de diciembre de 2022

Educación para todos

 

La educación básica como un derecho fundamental  reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos centra sus esfuerzos en  lograr una educación  básica para todos los ciudadanos y todas las sociedades. En ese sentido, los   gobiernos nacionales están comprometidos y obligados a  velar por que se alcancen y apoyen los objetivos y finalidades de la Educación para Todos.

 

Si no se avanza rápidamente hacia la educación para todos, no se lograrán los objetivos de reducción de la pobreza, adoptados en el plano nacional e internacional, y se acentuarán aún más las desigualdades  entre países y dentro de una misma sociedad.

 

Para el cumplimiento de estas metas no basta con escribir y sentarse a esperar que algo ocurra de forma espontanea, debemos  ir más  allá,  se trata de  promover un sólido compromiso político nacional e internacional con la educación para todos, elaborar planes nacionales de acción y aumentar de manera considerable la inversión en educación básica.

 

Para el cumplimiento de tales metas resulta de vital importancia adoptar inmediatamente, tanto a nivel nacional como en el plano mundial, una iniciativa encaminada a elaborar las estrategias y movilizar los recursos que se necesiten para proporcionar un apoyo eficaz a los esfuerzos que se desplieguen.

 

Pese a los continuos esfuerzos de las naciones por avanzar hacia el cumplimiento de  la perspectiva trazada en Jomtien, la cual  facilita una visión amplia y general de la educación y su papel determinante para preparar a los individuos y transformar la sociedad,  los resultados aun no son alentadores en  lo que respecta al cumplimiento de estos  propósitos.

 

A nivel mundial las naciones poco han avanzado en lo que respecta a generalización del acceso a la educación; insistencia en la igualdad; énfasis en los resultados del aprendizaje; ampliación de los medios y el alcance de la educación básica; mejoramiento del entorno educativo; y consolidación de alianzas.

 

Por el contrario e infortunio, la realidad difiere mucho de esa perspectiva: aún se niega a millones de personas el derecho a la educación y las oportunidades que ésta brinda de una vida más segura, más sana, más productiva y más satisfactoria. Lo anterior es el resultado de muchos factores: falta de voluntad política; insuficiencia de recursos financieros y utilización poco eficaz de los medios disponibles; peso de la deuda externa; falta de atención a las necesidades de aprendizaje de los pobres y excluidos; falta de atención a la calidad de la educación; y falta de voluntad para superar las desigualdades entre los sexos.

 

Siendo todos los anteriores las dificultades más dispendiosas y enormes de superar los cuales generan grandes distancias y barreras hacia el cumplimiento del logro de la Educación para Todos. No obstante las buenas intenciones y  políticas bien fundamentadas inducen y motivan hacia  la búsqueda de soluciones para poder vencer estas barreras y acortar distancias hacia el cumplimiento de la educación para todos.

 

Para lograr la equidad y la sostenibilidad se hace primordial poner  especial atención a la globalización, es sin duda alguna una oportunidad, pero al mismo tiempo genera un problema. Es un proceso que es menester moldear y  gestionar, en ese sentido, a globalización hoy en día está dando inicio al surgimiento riquezas y originando una mayor interconexión e interdependencia de las economías y las sociedades, se encuentra estimulada por   surgimiento de  tecnologías de la información y la mayor movilidad de los capitales, puede contribuir a reducir la pobreza y las desigualdades en el mundo y a poner las nuevas tecnologías al servicio de la educación básica. Conlleva, sin embargo, el peligro de crear un mercado del saber que excluya a los pobres y desfavorecidos.

 

Los países y hogares que no tengan acceso a la educación básica en una economía mundial basada cada vez más en el conocimiento se verán confrontados a la perspectiva de una mayor marginalización en una economía internacional cada vez más próspera.

 

Una educación de calidad ha de estar al pendiente de  las necesidades básicas de aprendizaje y enriquecer la existencia del educando y su experiencia general de la vida, constituye el centro de la educación y lo que tiene lugar en el aula y otros entornos de aprendizaje es de importancia fundamental para el bienestar de los niños, jóvenes y  adultos en el futuro.

 

En ese sentido, si se quiere encantar y atraer a los niños a la escuela, retenerlos en ella y lograr que obtengan resultados satisfactorios, se deberán diseñar  actividades para mejorar la calidad de la educación, así mismo, tener en cuenta de al momento de ampliar los sistemas educativos, conceder la debida atención a mejorar la calidad de ciertos aspectos como la formación de docentes y la preparación de material didáctico, de  igual manera, a la hora de la trasposición didáctica velar para que esta sea efectiva y evitar que los docentes caigan en la enseñanza de conocimientos y competencias, además de definir de forma explícita  lo que deben aprender y como se deben de evaluar  los niños y niñas durante el acto educativo.

 

 

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