miércoles, 14 de diciembre de 2022

La globalización y la transversalidad.

 

Introducción

En la actualidad hablar de transversalidad, es estar a la vanguardia, anteriormente sólo eran materias precisas y abarcaban un sin número de temas, ahora de esas mismas áreas o materias se derivaron otras cuya finalidad es profundizar aún más en los distintos temas con la misma relación.

El presente trabajo  tiene como finalidad abordar los temas de Contenidos Transversales, Estrategias Interdisciplinarias en la Enseñanza y Globalización del Aprendizaje, teniendo como marco el tema de la Globalización, Redes y Transversalidad de los contenidos en el aula. Se habla de temas transversales cuyo propósito es el “hacer entrar” a la escuela y legalizar la enseñanza de un conjunto de problemáticas socialmente significativas.

Los docentes respecto al tema educación nos hemos sentido abrumados con tanta modernidad sobre el conjunto de términos dados hoy en día a las materias, como ejemplo tenemos los temas de interdisciplina, transdisciplina, multidisciplina, globalización y articulación o temas transversales. De ello emana el término globalizar y en consecuencia como docentes tendremos el privilegio de organizar el proceso de enseñanza aprendizaje cuyos resultados serán significativos.

Dos cuestiones primordiales que cabe destacar respecto a la organización de los contenidos curriculares son, en primer término, el de la elección de aquellos que se consideran relevantes y útiles para el desarrollo de los conocimientos, capacidades y competencias formuladas como los propósitos de la educación básica; la segunda se refiere a la manera en la cual se organizan y presentan los contenidos, en tanto que ésta influye en el tipo de tareas que los alumnos pueden realizar, a la vez que promueve en ellos una determinada actitud hacia los aspectos conceptuales, lógico - matemáticos y sociales del conocimiento.

Ahora bien, estas modificaciones que se incorporaron a la reforma educativa se establecieron con el fin de una educación que pretenda educar para la vida, es decir, que la escuela ayude a los alumnos a desarrollar las capacidades para conocer y analizar su entorno desde una perspectiva crítica, para estar en la posibilidad de tomar decisiones ante situaciones y necesidades relativas al contexto social y cultural del cual son partícipes.

Para comprender la transversalidad es necesario considerar un trasfondo hacia la visión del mundo, por cuanto presupone un cuestionamiento de las concepciones y los valores a partir de los cuales se configuró y desarrolló la sociedad contemporánea. La introducción del enfoque de la transversalidad implica elecciones y compromisos con nuevas perspectivas acerca del mundo, la sociedad y proponen redimensionar los Antología fines, principios y métodos de la educación y del proceso de enseñanza-aprendizaje, así como la teoría y la práctica curricular, constituyendo una forma de entender el currículo escolar y la organización de sus contenidos.

La transversalidad es un enfoque pedagógico dirigido a la integración, en los procesos de diseño, desarrollo y evaluación curricular, de determinados aprendizajes para la vida, de carácter interdisciplinario, globalizador y contextualizado, que resultan relevantes con vistas a preparar a las personas para participar protagónicamente en los procesos de desarrollo sostenible y en la construcción de una cultura de paz y democracia, mejorando la calidad de vida social e individual.

La transversalidad curricular destaca los propósitos educativos referidos con aspectos actitudinales, así como las habilidades psicosociales necesarias para la formación integral de los alumnos.

Además se hace mención acerca de la educación para la convivencia, el cual es uno de los ejes en el que se articulan los temas transversales. Sabemos que la finalidad de la educación es el desarrollo integral del alumnado y para ello es necesario que la educación no se limite a la adquisición de contenidos intelectuales sino que también impulse la dimensión moral de la educación.

 

 

 

 

La globalización y la transversalidad

Uno de los inconvenientes que se le atribuyen a la organización curricular tradicional en asignaturas o materias es que éstas se alejan de la realidad, ya que descontextualizan a los educandos de la vida cotidiana; desde esta orientación, la escuela tiende a dar un tratamiento de los contenidos académicos como fines en sí mismos, en lugar de tomarlos como un instrumento para el logro de otras finalidades formativas que posibiliten el desarrollo de los alumnos desde una perspectiva integral. Ante tal situación, los temas transversales se revelan como una alternativa viable para responder a la vieja necesidad de conectar la institución escolar con la realidad social, cultural y económica

Cuando se hace referencia al concepto de  transversalidad, se está aludiendo a un tipo de formato curricular por el cual ciertos temas atraviesan todos los contenidos curriculares llamados temas transversales y que toman como referente a la persona desde una dimensión biopsicosocial; en estos temas se haya implicada su sexualidad, su identidad sociocultural, los derechos humanos, el razonamiento, sus valores y juicios éticos y por tanto favorecen una educación integral ya que abarcan conocimientos, habilidades, actitudes y valores.

 

De este modo, la transversalidad curricular destaca los propósitos educativos referidos con aspectos actitudinales, así como  las habilidades psicosociales necesarias para la formación integral de los alumnos. En este contexto, los contenidos se convierten en una mediación para que el proceso educativo abarque las informaciones necesarias para que los propósitos transversales se puedan lograr. Esto posibilita que se alcancen a relacionar varios contenidos de distintas asignaturas o disciplinas; por ello es importante reconocer la riqueza que reporta la interdisciplinariedad y la globalización curricular de los contenidos.

 

El término "transversalidad" se enmarca en la nueva concepción curricular que, ante la crisis de la función normativa de la escuela, la cual pretendía alcanzar conductas formales, neutras y susceptibles de ser generalizadas, aboga por un modelo en el que los contenidos se constituyen en el eje estructurador de objetivos y actividades. Esta concepción es sostenida, entre otras, por la teoría del aprendizaje significativo, por las aportaciones del constructivismo y por la influencia de la racionalidad comunicativa o dialógica de Habermas. (CAMPS, Victoria :1993).

 

Hablamos del tema de la Educación en la Sociedad de Consumo, refiriéndonos a que el consumo no es un tema más y que exige clara postura del docente para posibilitar a los alumnos a desentrañar que hay detrás de este modelo de sociedad y del consumo como tal, a partir de sus propios sistemas de creencias y conocimientos previos; tendiendo a generar autonomía en los niños, que les permita situarse en la sociedad en que viven, de un modo consciente, crítico y solidario.

Para Monserrat Moreno los temas considerados transversales tienen una especificidad que los diferencia de las materias llamadas curriculares, pero por el hecho de ser considerados desde un punto de vista transversal, es decir como alineados en otra dimensión, puede hacerles desaparecer sutilmente difuminados e impresos al entrelazarse con lo longitudinal, por ello que desde siempre parece haber constituido el eje fundamental de la enseñanza.

La UNESCO afirma en un informe que vivimos en un mundo de complejidad creciente y de comprensión retardada; quizás el mayor desafío de los educadores del siglo XXI sea el de forjar un modo de pensar esa complejidad y abrirla escuela, no sólo a nuevos contenidos, sino a nuevas concepciones epistemológicas que permitan nuevos modos de organización curricular, nuevos modos de planificar y de enseñar, nuevos modos de pensar y actuar.

Desde la teoría curricular, han surgido, en la actualidad, la Globalización y la Transversalidad. La primera es una respuesta al problema de la organización de las disciplinas, donde se aprecia la convergencia del conocimiento escolar con el conocimiento cotidiano (Ventura, 1996). La segunda, a decir de Yus (1996), es un medio de organización del currículo que pretende permitir a los estudiantes un aprendizaje global, significativo, contextualizado, centrado en la idea de formación humana integral. Obedece la transversalidad, de alguna forma, al principio de globalización y transdisciplinariedad de los saberes, para superar las parcelas en el tratamiento del conocimiento, o en su defecto, la visión compartimentada de éste.

 

Ventura (1996) señala: "Las bases de esta noción globalizadora se centran en la manipulación del medio y suponen que con ello se genera una recreación de los esquemas mentales y la interiorización conceptual de los objetos que se estudian. Una de las ideas básicas de la globalización y la transversalidad en la práctica educativa tiene que ver con la oposición de esta concepción epistemológica y curricular a la tradicional, basada en la linealidad del conocimiento, el carácter acumulativo de la ciencia y la especialización del saber, que ha permanecido en la escuela y se pretende erradicar, al contradecirse con la cultura de la época.

Pedagógicamente se entiende la transversalidad como el proceso que permite crear unos hilos conductores o ejes transversales para dar un enfoque globalizador o interdisciplinario a determinados contenidos que se imparten en diferentes áreas, dotando la acción educativa de la visión de unidad. La transversalidad debe contemplar las diferentes vías de comunicación que la escuela puede establecer con el exterior para ofrecer respuestas compartidas con otras instituciones sociales, cuya función educativa adquiere cada vez mayor importancia.

Dado que la transversalidad ha venido desarrollándose dentro de los procesos de reforma educativa en diversas partes del mundo, se ha creado un entramado critico en torno a ella, fundado en la posible sospecha de ser un nuevo mecanismo de dominación cultural desde la escuela, al proponer una racionalidad ordenadora, que, a pesar de visualizarse multívoca, dialógica y centrada en el problema axiológico, puede quedar en una simple instrumentación del currículo.

No obstante, la globalización como principio epistemológico-curricular y la transversalidad como medio de organizar el currículo, en función de la anterior, potencian lo que se denomina pedagogía por proyectos (Reforma Parcial al Reglamento de la Ley Orgánica de Educación, 1999; Currículo Básico Nacional, 1999), que permite al docente ajustar los procesos de aprendizaje y enseñanza al contexto, a las ideas e intereses de los jóvenes, ya lo propuesto en el currículo, dirigidos en particular a la formación de valores de los alumnos en la escuela por la mediación del profesor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

Hernández Escoto, Irma Beatrice., et al. (2005). La transversalidad curricular en el contexto de la globalización educativa: las unidades didácticas una opción para la planeación escolar. México: SEP

 

2012, 02). Ensayo globalización, redes y transversalidad de los contenidos en el aula. BuenasTareas.com. Obtenido 02, 2012, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Ensayo-Globalizaci%C3%B3n-Redes-y-Transversalidad-De-Los/3463487.html

 

LA TRANSVERSALIDAD CURRICULAR EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN EDUCATIVA: LAS UNIDADES DIDÁCTICAS UNA OPCIÓN PARA LA PLANEACIÓN ESCOLAR. Irma Beatrice Hernández Escoto Eduardo Miguel Garza de la Huerta Martha Beatriz Angeles Palacios Magdalena Rodríguez de la Vega Edgar Mandujano Tenorio Arturo Amado Méndez González Guadalupe Rico Medrano México, Septiembre 2005


 

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